Alzheimer: avances científicos para prevenir y diagnosticar una enfermedad sin cura
Es el tipo más común de demencia y afecta a millones de personas alrededor del mundo. Conocé los últimos descubrimientos realizados por especialistas.
El Alzheimer es la forma más común de demencia (registra entre el 60 y el 70 por ciento de los casos, de un total de 55 millones en todo el mundo) y es una de las principales causas de discapacidad y dependencia entre las personas mayores. Esta enfermedad provoca problemas en torno a la memorización, los pensamientos y el comportamiento. En líneas generales, su desarrollo es lento pero progresivo hasta que imposibilita la realización de tareas cotidianas. Por eso, el Alzheimer es una de las afecciones a la que más atención se le dedica en el mundo de la investigación, la ciencia y la tecnología. En la Agencia de Noticias Científicas de la UNQ repasamos los últimos hallazgos.
Precoz y menos invasiva
De manera reciente, científicos españoles validaron nueve biomarcadores para diagnosticar el Alzheimer con una muestra de sangre. El estudio, realizado en casi 200 pacientes y publicado en la revista Alzheimer’s & Dementia, dio cuenta que todas las variantes de la proteína Tau –elemento clave en el desarrollo de la enfermedad– son útiles para realizar una detección precoz.
Si bien todavía no puede sustituirse la prueba tradicional, que consiste en una punción lumbar para analizar líquido cefalorraquídeo, este hallazgo sería un paso previo y menos invasivo que el método actual.
Según Marc Suárez-Calvet, neurólogo que participó de la investigación, este avance permitirá “mejorar el diagnóstico de los pacientes que tienen problemas cognitivos y escoger mejor a qué personas hacer la prueba de referencia, que sigue siendo la punción lumbar”.
La variante genética maldita
Un estudio publicado en la revista Nature por la neurocientífica Li-Huei Tsai, del Instituto Tecnológico de Massachusetts, revela que la variante genética APOE4 (es un factor de riesgo muy grande para el Alzheimer ) realiza un procesamiento defectuoso del colesterol en el cerebro, lo que lleva a alteraciones en las cubiertas aislantes que rodean las fibras nerviosas y facilitan su actividad eléctrica. Así, la señalización eléctrica en el cerebro comienza a ralentizarse y perjudica la cognición.
Además, la investigación destaca que la ciclodextrina, fármaco que estimula la eliminación y el flujo del colesterol, puede ser una alternativa para que las personas no vean afectadas sus funciones cognitivas. Se estima que las personas que tienen una copia de APOE4 triplican las probabilidades de tener esta enfermedad y quienes tienen dos copias multiplican entre ocho y doce veces las chances.
Del té a la cerveza
La preocupación para prevenir o disminuir el avance del Alzheimer es constante y no distingue de geografía. Casi en paralelo, investigadores de Italia y Estados Unidos realizaron pruebas en laboratorio para inhibir y disminuir las placas de beta amiloide que se producen en el Alzheimer a través de células cerebrales humanas vivas.
En EE.UU., especialistas de la Universidad Tufts descubrieron que el té verde y el resveratrol, sustancia que se encuentra especialmente en la uva con la que se realiza el vino tinto, son efectivas para reducir estas placas. Además, hallaron que la curcumina (sustancia presente en la cúrcuma) y los medicamentos metformina y citicolina también son útiles.
Por su parte, en Italia analizaron diferentes compuestos de la planta del lúpulo, ingrediente clave en la producción de cervezas. Científicos de la Universidad de Milán-Bicocca publicaron un artículo en la revista ACS Chemical Neuroscience donde resaltan que las sustancias químicas extraídas de las flores de lúpulo pueden inhibir la acumulación de las placas de beta amiloide ligadas al Alzheimer.
Malas noticias
La empresa farmacéutica Roche informó que los resultados de la fase tres de los estudios clínicos del medicamento contra el Alzheimer no fueron exitosos. El tratamiento experimental con gantenerumab para ralentizar el declive cognitivo de las personas que sufren la enfermedad de forma leve no cumplió los objetivos esperados. Los ensayos fueron realizados en casi dos mil pacientes de 30 países durante más de 27 meses.
Cabe recordar que, si bien existen medicamentos que alivian de forma parcial la enfermedad, todavía no hay una cura para el Alzheimer.