La historia pública y los historiadores: claves en la resolución de crímenes de lesa humanidad

Cómo contribuye la investigación científica a la reparación histórica del sector obrero, uno de los más castigados por la dictadura militar. El caso de los ingenios azucareros tucumanos.

La lucha por la memoria, la verdad y la justicia es un pilar fundamental para garantizar que estos hechos no se repitan. Crédito: Tucumán en llamas, de Silvia Nassif.

En un contexto en el que la búsqueda de la verdad y la justicia son fundamentales para garantizar la reparación de las víctimas de crímenes de lesa humanidad, la historia pública y el papel de los historiadores se revelan como elementos esenciales. Un ejemplo destacado es el trabajo de la historiadora Silvia Nassif en el caso de Tucumán, cuyas investigaciones arrojaron luz sobre los eventos ocurridos en la década de 1960 y su relación con el cierre de los ingenios azucareros.

“La colaboración entre los historiadores y los procesos judiciales es fundamental en la búsqueda de la verdad y la justicia en contextos históricos marcados por violaciones a los derechos humanos”, asegura a la Agencia de noticias científicas de la UNQ, Silvia Nassif, historiadora e investigadora del Conicet.

Según explica, los historiadores proporcionan testimonios documentados y análisis de los acontecimientos históricos relevantes, lo que contribuye a establecer responsabilidades individuales y colectivas. De esta manera, su trabajo aporta a la construcción de una memoria colectiva basada en hechos históricos verificables, lo cual puede tener implicaciones significativas en la toma de decisiones legales y políticas.

Tucumán y la ofensiva contra los obreros

En la historia turbulenta de Argentina, uno de los capítulos más oscuros y dolorosos es el período conocido como el Terrorismo de Estado. Durante la década de 1970, el gobierno militar en el poder llevó a cabo una brutal represión contra cualquier forma de disidencia política y social. En la provincia de Tucumán, esta represión alcanzó su punto máximo en la ofensiva contra los obreros de la agroindustria azucarera, dejando una cicatriz imborrable en la memoria colectiva del país.

Los obreros de los ingenios azucareros reclamaban mejores condiciones de trabajo, salarios justos y el reconocimiento de sus derechos laborales. Estas demandas, que buscaban mejorar la calidad de vida de miles de trabajadores y sus familias, fueron interpretadas como un desafío al orden establecido.

Fue en este contexto que las fuerzas de seguridad, respaldadas por el gobierno militar que gobernaba Argentina en ese momento, emprendieron una ofensiva feroz. Detenciones ilegales, torturas, desapariciones forzadas y ejecuciones extrajudiciales se llevaron a cabo en un marco de impunidad, donde las víctimas eran criminalizadas y se les negaba cualquier posibilidad de defensa. Muchos de ellos aún están desaparecidos, y sus familias siguen luchando por conocer la verdad y obtener justicia.

De cara a esta realidad, la investigación histórica realizada por Nassif y otros historiadores, constituye un aporte valioso para la memoria, la verdad y la justicia, ya que contribuye a una reparación histórica para este sector castigado. “En nuestro estudio abordamos el tema de la represión a los trabajadores durante la dictadura militar en Argentina, con un enfoque en el movimiento obrero tucumano, examinando los archivos y testimonios de las víctimas y reconstruyendo la historia de la represión y la responsabilidad de las empresas involucradas“, detalla la historiadora. 

En esa línea, sus trabajos exploran el proceso de conflictividad en cada fábrica, identificando las luchas y resistencias de los trabajadores, centrándose en el proceso represivo, cuantificando el número de víctimas y estableciendo su relación con cada fábrica. Además se investiga la responsabilidad empresarial en los crímenes cometidos, subrayando la participación activa de las empresas en la represión.

Con todo, la divulgación pública de la historia desempeña un papel crucial en la promoción de la verdad y la memoria histórica. Las investigaciones y su posterior difusión fomentan una ciudadanía informada y crítica, capaz de discernir entre diferentes narrativas y discursos políticos. De esta manera, se promueve la justicia y se evita la repetición de atrocidades en el futuro. 


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María Ximena Perez

Periodista, docente e investigadora. Doctora en Comunicación.