Marcelo Depetro, productor musical: “Las limitaciones te llevan a ser ingenioso”

El músico y docente reflexiona sobre los procesos de postproducción en la era digital y la necesidad de entregarse a lo imprevisto como elemento creativo.

Marcelo Depetro y su consola en el estudio de grabación. Créditos: Marcelo Depetro.
Marcelo Depetro y su consola en el estudio de grabación. Créditos: Marcelo Depetro.

Por Diego Campos*

Marcelo Depetro es músico, docente y productor. Se encarga del proceso de mezcla, edición musical y mastering dentro de la producción musical. Trabajó con bandas y artistas de la talla de Julieta Benegas, La 25, Dos Minutos, Eterna Inocencia y Fun People, entre otros. Con más de 30 años de experiencia, en diálogo con la Agencia de Noticias Científicas de la Universidad Nacional de Quilmes, destaca la importancia de la experimentación en clave creativa, tanto para la grabación como para la fabricación de micrófonos, que tiene junto a Patricio Baumman en su marca G.A.S. –Guerrilla Audio Store–.

-Usted dijo que antes, cuando se hacía grabación lineal en cinta magnética, ‘había una complejidad que ya no existe’ a la hora de grabar. ¿Cuáles son las aventuras y los desafíos actuales en esta tarea?

-Creo que las limitaciones te llevan a ser ingenioso y habilidoso, son un desafío constante. Y como con la tecnología actual las posibilidades de corrección son enormes, el margen de error es mínimo y la chance de que ocurran accidentes es baja. Por lo tanto, la aventura sería permitir que ocurra lo imprevisto, incorporarlo como instrumento creativo, como un actor más. Pero no es fácil pretender y hacer de cuenta que no tenemos las herramientas digitales a mano, como si estuviéramos en los 80.

-¿Cómo se puede hacer entonces?

-Para permitir que ocurra lo inesperado hay que salir del entorno controlado de los estudios de grabación, aprender a sortear los inconvenientes de grabar en locaciones y usar al mínimo las herramientas de edición digital, al menos en las etapas iniciales. Aun en el estudio, debemos permitir que ocurra el supuesto error o quizás aquello que no está programado.

-Es reconocido por grabaciones de estilos como Punk, Hardcore, Metal e Indie, entre otros. Sin embargo, también incursionó en el tango y otras músicas. ¿Qué diferencias y similitudes encuentra en las etapas de postproducción?

-Hay coincidencias y diferencias en todo el proceso, pero quizás el contraste principal se da en la cuestión del ensemble. Para que el conjunto en el rock suene balanceado hacen falta recursos tecnológicos, más allá del músico y su instrumento, como amplificación eléctrica, procesamiento y sistemas de monitoreo. En cambio, en los géneros académicos o folclórico populares solo hace falta que los músicos proyecten su sonido de modo conjunto y logren balancearse entre sí.

-¿Y en la mezcla particularmente?

-Ahí las diferencias son grandes porque no existe el procesamiento creativo, sólo lo necesario para corregir desbalances tímbricos, excesos en frecuencia producto de la acústica del cuarto, evitar sobrecargas en frecuencias fuera del rango útil que consuman energía, y limitar el rango dinámico del programa. En cambio, en el rock y en las músicas modernas, la mezcla es como pintar un cuadro: el armado del programa en base a las pistas grabadas, junto al agregado de procesos de mezcla y nuevas pistas de efectos especiales.

-Queda el proceso de mastericación…

-En los géneros académicos o folclóricos se intenta que el audio sea lo más realista posible. En los otros, el objetivo es lograr la máxima sonoridad e impacto, y limitar el rango dinámico hasta donde se crea posible o las penalizaciones de las plataformas de streaming así lo permitan.

Nadar contra la corriente

-¿Qué los llevó a incursionar en la fabricación de micrófonos con la creación de G.A.S.?

Siempre nos interesó romper con la imposición de marcas de audio y sus productos. La motivación de los fabricantes de equipos, por lo general, es generar nuevos instrumentos y necesidades acordes. Vimos en un principio que la posibilidad de modificar equipos económicos para llevarlos a niveles altos de calidad le daba una salida a nuestras inquietudes, y un escape al loop interminable de comprar más herramientas y más caras para alcanzar un supuesto ideal de calidad alto.

-¿Y qué se encontraron en ese trayecto?

-Vimos que en esa búsqueda uno se pierde la posibilidad de elevar la calidad del trabajo desde la técnica y el oficio. Esto llevó a que mi compañero Patricio Baumann se manifestara como un entusiasta de la electrónica primero, y en un maestro eminente con el correr de los años. Yo lo seguí todo este tiempo de cerca, y en la pandemia y ante la falta de trabajo en el área de la música, surgió Guerrilla Audio Store como un proyecto nuevo, hermano del que Patricio ya desarrollaba hace años.

-¿Qué saberes y consideraciones técnicas le agrega a G.A.S?

-La experiencia de ambos como ingenieros y productores, en mi caso concreto también como educador, hacen que entendamos al producto desde la necesidad real y concreta del usuario. Ese es un aporte fundamental de G.A.S: fabricamos los equipos que necesitamos y usamos en nuestras producciones. Estamos en su desarrollo permanente, los probamos y los modificamos de acuerdo a las exigencias. Además, tenemos un contacto permanente con nuestros clientes y formamos una comunidad activa.

*Compositor, músico, docente y coordinador académico de la EUDA. Pertenece al proyecto de investigación Desarrollos Tecnológicos Aplicados a las Artes (DTAA). dcampos@unq.edu.ar


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