Informe advierte que la confianza de los argentinos en las vacunas disminuye año a año
Se trata del tercer estudio interanual de la Fundación Bunge y Born. Se realizó sobre 7.054 casos y abarca a la población mayor a 15 años.
La Fundación Bunge y Born presentó, por tercer año consecutivo, el Índice de Confianza y Acceso a Vacunas (ICAV) 2021, que da cuenta cómo varía el nivel de confianza de la población respecto a la importancia, efectividad y seguridad de las vacunas en general. Si bien el índice de confianza (IC) del último año es alto, se observa una leve pero sostenida tendencia a la baja. En relación al 2019, el IC disminuyó un 8,8 por ciento y respecto al 2020, un 1,6 por ciento.
El estudio fue realizado entre noviembre y diciembre de 2021 sobre 7.054 casos, mediante un cuestionario con sistema IVR enviado a los celulares. Abarca a todas las regiones del país y a una población mayor a los 15 años.
Guadalupe Nogués, doctora en Biología molecular, docente y comunicadora científica, afirma: “Hoy por hoy en el país tenemos niveles muy altos de confianza en las vacunas, si vemos la foto de hoy no parecería demasiado preocupante. Lo que pasa es que cuando vemos una tendencia a la disminución durante los tres años consecutivos, tratamos de adelantarnos al problema”.
El descenso en el nivel de confianza ya fue advertido por la organización en 2020 en todos los grupos etarios. Si bien en 2021 esto continuó en los adultos menores de 40 años, se revierte en los mayores de 50. Además, quienes menos confianza expresan son las personas de entre 15-20 años, mientras que en la vereda opuesta se encuentran los mayores de 65 con un alto nivel de confianza. También, se puede ver plasmada la disminución de confianza según la distinción de género, pero no se registran diferencias notorias.
Las vacunas y el coronavirus
Según la Fundación, un 24,7 por ciento de la población confía más en las vacunas en general, un 49 por ciento mantiene la misma confianza y un 25,3 por ciento confía menos. Asimismo, el 92 por ciento de los encuestados ya se han vacunado con una o más dosis. El 4,6 por ciento planea vacunarse más adelante y el 1,6 por ciento aún no sabe si lo hará.
Mario Lozano, virólogo de la Universidad Nacional de Quilmes, comenta que con la pandemia “se ha democratizado el conocimiento” ya que ahora todas las personas comprenden un poco más el proceso de desarrollo de una vacuna, sus limitaciones, las condiciones de seguridad necesarias para que se ponga a disposición en el mercado, entre otras. “Esto también lleva a la presencia de dudas y de distintas miradas que no necesariamente son formadas, sino que tienen que ver con las creencias de cada uno”, destaca.
Sin embargo, el debate en Argentina y en distintas partes del mundo no solo fue el intercambio de miradas responsables, sino que también intervinieron los intereses políticos y de los medios de comunicación. Lozano agrega que incluso médicos y asociaciones sembraron dudas con respecto a la vacunación contra la covid: “Hubo profesionales de la salud que cuestionaron las vacunas que la ANMAT ya había aprobado. Esos médicos, los medios de comunicación opositores al gobierno y los políticos que usaron decisiones sanitarias para discutir política partidaria minaron la confianza de un grupo de gente”.
Nogués y Lozano coinciden en que se debe dar un acercamiento más “empático” hacia las personas que no saben aún si vacunarse. “Se los puede persuadir manteniendo el debate y reconociendo que las dudas de las personas son totalmente válidas. Tenemos que dar datos que provengan de fuentes adecuadas y entender el funcionamiento y desarrollo de las vacunas. De esta manera, vamos a poder tomar una decisión responsable que esté por fuera del pánico” afirma Lozano. Y agrega: “Seguramente cuando termine la pandemia, y deje de ser un instrumento de acción político-partidaria, este cambio que vimos con las vacunas va a revertirse porque la mayoría de la gente en Argentina considera que las vacunas son una herramienta muy útil en nuestra salud”.
¿Vacunas para todos y todas?
Desde la Fundación destacan la importancia que se le debe otorgar al acceso a las vacunas en general. Según su informe, en el 2020 se observó una fuerte caída del 48 por ciento en el índice de acceso respecto del año anterior. Sin embargo, durante el 2021 esta disminución se revirtió alcanzando el índice de 76,4.
Al consultar a Nogués sobre la importancia de este dato, detalla que incluso si la confianza en las vacunas es “perfecta”, se debe atender a las distintas barreras de acceso que puedan surgir, como vacunatorios cerrados o distantes a las personas que no viven en las grandes ciudades. “Por eso, es importante tener una metodología que año tras año releve la confianza y el acceso a las vacunas y que luego se tomen medidas de políticas públicas al respecto. Se debe contar con los dos índices ya que ambos factores contribuyen a que la cobertura de vacunación sea menor a la deseada”.
