Temporal en Buenos Aires, ¿una consecuencia del cambio climático?

El fenómeno meteorológico dejó destrozos ambientales y materiales en la provincia de Buenos Aires y un saldo de trece muertes. Las alertas continúan mientras los municipios reconstruyen sus ciudades. La palabra de especialistas al respecto.

Los árboles cayeron en la vía pública y afectaron calles y casas. Créditos: Municipio de Quilmes.
Los árboles cayeron en la vía pública y afectaron calles y casas. Créditos: Municipio de Quilmes.

Buena parte de la provincia de Buenos Aires fue arrasada por un temporal que a su paso dejó árboles arrancados de raíz, chapas y tejas desprendidas, cables cortados e interrupción del suministro eléctrico, entre otras consecuencias. Para la ciudad de Bahía Blanca el costo fue aún mayor con un saldo de 13 muertes tras la caída del techo de un establecimiento. El gobierno bonaerense decretó estado de emergencia, las alertas meteorológicas continúan, la lluvia no cesa y los dirigentes políticos tienen la tarea urgente de cuidar a sus poblaciones y reconstruir las ciudades. En medio del desastre, surge una pregunta: ¿se trata de un temporal eventual o es un efecto directo del cambio climático?

Josefina Blázquez, doctora en Ciencias de la Atmósfera y los Océanos (UBA), explica a la Agencia de Noticias Científicas de la UNQ: “El cambio climático trae aparejado un aumento en la intensidad y en la frecuencia de los fenómenos extremos, como fue el hecho que sufrimos en las últimas horas. Pero, para relacionarlo con el mismo, hay que hacer lo que se conoce como un estudio de atribución. Se trata de indagar cuánto del fenómeno se le atribuye al cambio climático, es decir, si este no estuviera, ¿el temporal hubiera sido tan extremo o tan intenso? En este momento no se puede relacionar un evento individual con el cambio climático”.

Créditos: Municipio de Avellaneda
Créditos: Municipio de Avellaneda

Por su parte, Leandro Díaz, climatólogo del Centro de Investigaciones del Mar y la Atmósfera perteneciente a Conicet y la UBA, amplía a la Agencia: “La respuesta no es sencilla. Para averiguar si es una consecuencia, primero se examina si hay una tendencia a que sucedan este tipo de eventos; algo que es difícil porque son bastante puntuales, con características especiales y, por ende, complicados de rastrearlos hacia el pasado”

Y continúa: “Además, está en su naturaleza ser bastante cambiantes de un lugar a otro y a esto se le suma que es complejo modelarlos numéricamente a partir de computadoras porque requiere tener modelos de alta resolución que son costosos; no es  tan fácil simular ese tipo de eventos”. 

¿Ciudades preparadas?

Según plantean los especialistas en la materia, aún no se puede atribuir este temporal al cambio climático. De todas maneras, sí coinciden en que los eventos meteorológicos, como las olas de calor o las precipitaciones intensas, serán cada vez más extremos con el paso del tiempo si continúa la emisión de gases de efecto invernadero provocada por el uso indiscriminado de combustibles fósiles (petróleo, gas y carbón).

Es por ello que enfatizan la importancia de que las ciudades estén preparadas para cuando se avecine un evento climático y hacer caso a las alertas del Servicio Meteorológico Nacional. Este organismo había emitido una alerta naranja con anticipación para la provincia y la Ciudad de Buenos Aires que, según el sitio web, se activa cuando “se esperan fenómenos meteorológicos peligrosos para la sociedad, la vida, los bienes y el medio ambiente”.

Blazquez da cuenta: “Cada municipio, provincia o ciudad debe tomar los recaudos necesarios para la población en el caso de la alerta naranja. La alerta estuvo bien dada y quizás algunos organismos no pudieron, no supieron o no quisieron reaccionar a tiempo. Ahora ya sabemos que si hay una alerta, se debe actuar en consecuencia para salvar vidas y bienes materiales, y si después resulta una farsa porque la tormenta pasó por el sur o por el norte, no pasa nada”.

La línea 103 de Emergencias de la ciudad de Buenos Aires recibió 544 pedidos de auxilio. Créditos: DiarioAr.
La línea 103 de Emergencias de la ciudad de Buenos Aires recibió 544 pedidos de auxilio. Créditos: DiarioAr.

A su vez, Díaz hace hincapié en que haya una buena comunicación cuando hay este tipo de alertas para evitar heridos. “Que se tomen los recaudos necesarios, como no estar expuestos en la vía pública o suspender los eventos masivos al aire libre por lo menos durante el horario en que el fenómeno meteorológico sea más severo. También es importante mantener el nivel de las estructuras y del arbolado para evitar caídas que afecten a la población en caso de que haya vientos tan fuertes”, detalla.

Díaz apunta, además, a que los resultados de las acciones de prevención muchas veces no son visibles “porque justamente los resultados es que no haya tanto impacto”. “El tema es que, por eso, a veces no se toman esas acciones y se espera que suceda algo para actuar en consecuencia. Ahí es demasiado tarde porque hay pérdidas materiales o de vidas humanas y son irreversibles”, afirma.


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Luciana Mazzini Puga

Licenciada en Comunicación Social (UNQ).