¿Cuáles son las áreas tecnológicas a las que debe apostar Argentina en los próximos años?
La Fundación Sadosky lanzó un informe que define líneas de investigación para que el sistema de CyT nacional sea competitivo a nivel global.
En un mundo en el que las tecnologías avanzan a pasos gigantes y en el que series como Black Mirror dejaron de ser distopías para constituir un presente palpable, el ojo tiene que estar puesto definitivamente en la ciencia, la tecnología y las comunicaciones. En este sentido, la Fundación Sadosky, en base al consenso de 128 referentes, definió las áreas que Argentina debe priorizar en materia de Investigación y Desarrollo en el plazo de cinco a diez años: Inteligencia Artificial, bioinformática, ciencia de datos y ciberseguridad. Además, el informe destaca que “la temática de la ‘formación y retención de recursos humanos en I+D’ apareció recurrentemente entre las respuestas”, aclaración que requiere especial énfasis dentro de un contexto en el que la investigación y la ciencia son desfinanciados por el gobierno nacional, lo que incentiva la fuga de cerebros hacia el sector privado y el exterior.
Según se detalla en el “Informe de prospectiva de I+D en el sector TIC 2023”, la temática que más priorizaron los expertos fue la Inteligencia Artificial (IA), algo que está en boca de la sociedad en general ya desde hace tiempo con fotografías alteradas, asistentes virtuales o sistemas que obedecen órdenes, pero que también interviene en prácticas médicas o procesos electorales. “Si bien no se profundizó qué aspectos de la IA se consideran los más adecuados para ser abordados por las instituciones de investigación y las empresas, los especialistas consultados refirieron la mayoría de las tecnologías IA que se están usando y desarrollando en estos momentos a nivel global“, cuenta Ricardo Medel, director del área de Vinculación Tecnológica de la Fundación Sadosky, a la Agencia de Noticias Científicas de la UNQ.
De esta manera, mencionaron tecnologías como el aprendizaje automático, el procesamiento de lenguaje natural, la visión computacional, los sistemas de tomas de decisiones y la IA neuro simbólica. La institución espera abordar en los próximos encuentros qué aspectos conviene priorizar teniendo en cuenta las capacidades y necesidades del Sistema Nacional de Ciencia y Tecnología.
El informe elaborado por la Fundación busca orientar las líneas de investigación y financiamiento de la ciencia nacional hacia temáticas de consenso prioritario. De las 128 personas consultadas, once provienen del sector público, 68 del académico y 49 del privado. A su vez, existe un gran desbalance entre géneros ya que el 78 por ciento se identifican con el masculino y solo el 22 con el femenino. En el informe justifican que esta desproporción responde a aquel que aún se registra en el sector TIC de Argentina.
El foco en seguridad, energía y el agro
Por otra parte, los y las referentes pusieron sobre la mesa los peligros de la digitalización de la vida diaria, como las amenazas y los ataques cibernéticos. Decidieron entonces que la ciberseguridad es un tema primordial a tratar, lo que implica, entre otras cosas, la protección de datos y privacidad y el desarrollo de sistemas seguros para el Estado.
Respecto a la ciencia de datos y la bioinformática, se tratan de tecnologías que son requeridas y aplicadas en sectores tan diversos como el agro, la energía o la salud. El informe cita: “En un país con una producción tan extensiva de productos agropecuarios y con necesidades de salud cada vez mayores, es esencial dominar esta disciplina y sus metodologías, así como desarrollar herramientas innovadoras para obtención, análisis y manipulación de datos genéticos, a fin de aplicarlo a la mejora de la producción agropecuaria, el desarrollo de biocombustibles, la producción de alimentos y medicamentos, y la obtención de soluciones personalizadas en salud”.
Asimismo, el trabajo liderado desde Sadosky dedica una parte a la necesidad de trabajar en la regulación de tecnologías. Así lo explica Medel: “La temática de la legislación y regulación, si bien no es estrictamente una tecnología, se la considera pasible de ser el tema central de proyectos de investigación, que permitan observar, prever y analizar el impacto en los sectores sociales y productivos de la aplicación de las TIC”.
Y enfatiza respecto de la IA: “Se considera prioritario regular su uso teniendo en cuenta el efecto en la sociedad, pero también que no tener estas regulaciones podría en breve ser un obstáculo para nuestras exportaciones tecnológicas”.
Que no se vayan los científicos
El estudio de la Fundación Sadosky (basado no solo en la consulta a expertos sino en trabajos previos del exministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación de la Nación ahora devenido en secretaría) se lanza en un contexto de desfinanciamiento, deslegitimación y vaciamiento del Conicet, la principal institución científica de Latinoamérica. La contracara de este proceso de achicamiento y falta de diálogo son las numerosas marchas, asambleas y tomas que realizan becarios, investigadores y docentes para hacer frente a estas medidas.
En este marco, uno de los temas que más resaltaron los y las expertas consultadas fue la retención y formación de los recursos humanos en Investigación y Desarrollo, algo de vital importancia si se quiere mantener, en términos de Medel, “un sistema científico-tecnológico competitivo en la creación de conocimiento, en la innovación y en el desarrollo de soluciones de impacto tanto local como global”.
Así lo explica: “Desde hace algunos años ha venido creciendo el número de estudiantes en carreras de tecnología en general, de informática en particular y ha aumentado la participación de estudiantes y profesionales mujeres, una debilidad histórica de esta disciplina. Sin embargo, la oferta de empleo en la parte privada y como ‘freelancers’ trabajando para el exterior a través de plataformas web, empuja fuertemente la declinación de la cantidad de personas formadas trabajando en universidades (tanto públicas como privadas) y en organismos públicos”.
Y continúa: “Este drenaje se incrementó en los últimos años debido a la cada vez mayor diferencia salarial, empujada en parte por la devaluación del peso frente al dólar, moneda utilizada en las transacciones internacionales de los freelancers y parcialmente en los salarios que las empresas pagan a su personal más especializado”.
Medel cuenta que el éxodo hacia el sector privado afecta al dictado de clases debido a la falta de docentes y a las actividades de investigación que requieren de personas formadas con posgrados y largas trayectorias para ser competitivos a nivel global. Concluye: “Muchas de las personas consultadas alertaron que de no avizorarse políticas públicas que cambien estas tendencias, la declinación de la calidad del trabajo, tanto académico como profesional, será inevitable“.