Leandro Ziccarelli: “Estoy orgulloso de ser egresado de la Universidad Nacional de Quilmes”
El autor de uno de los podcasts más escuchados de Argentina dialogó con la Agencia de Noticias Científicas de la UNQ sobre su éxito en Spotify, las medidas del actual gobierno y la importancia de la universidad pública.
Leandro Ziccarelli es licenciado en Comercio Internacional de la Universidad Nacional de Quilmes y, como muchos de sus excompañeros, primera generación de estudiantes universitarios. Oriundo de Lomas de Zamora, pero hincha de Estudiantes de La Plata, contemporáneo a Messi pero fanático de Maradona, Ziccarelli advirtió que tenía facilidad para comunicar ideas y conceptos en torno a la economía y no dudó en encarar por ahí. Dos años después de su primer episodio, Financiero, Monetario e Irreverente (FMI Podcast) lleva cinco temporadas y es uno de los más escuchados de Argentina y de América Latina.
En medio de sus trabajos y sus apariciones públicas, Ziccarelli –popularizado como ‘el Zar de las finanzas’– conversó con la Agencia de Noticias Científicas de la Universidad Nacional de Quilmes acerca de los secretos de su podcast, el balance de la gestión económica del actual gobierno y su paso por la Casa de Altos Estudios. “Es un recuerdo muy lindo no solo desde lo profesional o lo académico, sino desde lo humano”, dirá en relación a la UNQ.
-¿Cómo surgió la idea de hacer un podcast sobre economía?
-En realidad tenía un podcast de economía porque hace algunos años trabajaba en un instituto de finanzas y empezamos a explorar la posibilidad de crear contenidos como un newsletter, charlas e información de mercado. En ese proceso surgió la idea de hacer un podcast y nos fue muy bien, pero después cambié de trabajo y dejé de hacer el podcast para el instituto.
-¿Una espina clavada?
-Me había quedado esa sensación de que el producto andaba bien y la gente se había prendido. En redes sociales ya tenía algún público y en marzo de 2022 tomé la decisión de hacer un nuevo podcast de manera independiente y así nace FMI Podcast. Arranqué en mi casa, grabándolo con un micrófono, y terminó siendo un éxito.
-¿Qué elementos tiene en cuenta a la hora de comunicar? No debe ser fácil hablar de economía solo con el soporte sonoro y sin poder mostrar gráficos.
-Es un desafío, pero creo que son cosas distintas. Como soy muy de escuchar podcast, eso un poco me da la pauta de lo que quiere un oyente de podcast y de cómo puedo llegar a transmitir un conocimiento que muchas veces sería más fácil hacerlo a través de un video, un gráfico o una tabla. Lo ideal es tratar de centrarse en lo importante, ir despacio en la parte en la que tenés que exponer números o tratar de jugar con la mente del oyente cuando tenés que graficar algo.
-¿Por ejemplo?
-Hace poco hablábamos de cómo va a ser el rebote de la actividad económica y les decía a los oyentes que traten de imaginar una V, una W o una L. Se puede hacer, hay que tener un poco más de paciencia y tal vez tratar de apuntar a los mensajes más importantes. No volverse loco porque traten de entender lo más puntilloso, sino ir a lo conceptual y que quede el mensaje. También, como es un podcast ya de difusión masiva, trato de ir a lo más simple, no complejizarlo mucho, porque hay mucha gente que no se dedica a esto y escucha el podcast simplemente para estar en tema con lo que va pasando con la economía.
-¿Por qué cree que es uno de los podcast más escuchados del país y en un tema tan central y a veces tan complejo de explicar cómo es la economía?
-La verdad no sé, habría que preguntarle a los oyentes. Sin embargo, creo que lo mejor que tiene FMI es que es una especie de comunidad la que tenemos, hay una fidelidad muy grande por parte de los oyentes. Todos los que llegan a FMI Podcast se sienten parte y juego mucho con eso, trato de incluirlos en la discusión, contesto preguntas y traigo comentarios que me hacen en las redes. Es muy importante el sentimiento de comunidad, la honestidad que me caracteriza y que trato de cuidar siempre, decirles cuando me equivoco y ser honesto, decirles lo que el gobierno hizo bien e hizo mal.
-¿Y el tipo de lenguaje qué rol ocupa?
-Hablo en un lenguaje que la gente lo entiende. Mi podcast lo escucha desde una persona que trabaja en una verdulería, hasta alguien que trabaja en Wall Street y maneja un fondo de 300 millones de dólares. Hay las dos cosas, los dos se sienten parte y los dos se llevan algo. Sin embargo, estoy convencido que el agregado más grande, además de haber generado una comunidad, es hablar en un idioma que lo pueda entender cualquiera. Había contenidos de economía fragmentados para públicos específicos, pero el mío consiguió un mix entre la pata financiera y la coloquial. En el mediano plazo fuimos logrando ese equilibrio y creo que eso es lo que nos pone primero en todos los rankings.
Balance de gestión
-¿Qué análisis hace sobre las medidas del gobierno actual a poco más de 100 días de la asunción?
–En términos financieros, la dirección de las medidas es la que se esperaba de cualquiera que gane y me parece que es lógica, pero tiene un componente triste que es que todas las correcciones van para un mismo lado y eso puede generar que se te quede un montón de gente afuera. Entonces, ahí entra un segundo criterio de análisis que es la sensibilidad con la que lo estás haciendo. Ahí el panorama ya no es tan positivo y falta un poquito más de sensibilidad porque hay gente que, en el marco de estas correcciones, la está pasando muy mal. No lo veo al gobierno muy preocupado porque las correcciones no afecten tanto a la población más vulnerable y eso sí me preocupa.
-Y en su rol de consultor, ¿qué percibe de los empresarios, los operadores y los mercados en relación a estas medidas?
-La verdad es que en el mercado están contentos con la dirección, pero incluso hay operadores a los cuales ya les empieza a preocupar la viabilidad social del proyecto. Por el momento, Milei tiene mucha aceptación social, los indicadores de imagen le dan bien y las correcciones económicas van avanzando, pero no sé cuánto más la sociedad argentina tolera un ajuste estructural de este tipo. En el corto plazo me gustaría empezar a ver que algunas cosas se empiezan a corregir y que empiece a aparecer algún tipo de asistencia para la gente que se va cayendo del mapa en el medio de las correcciones.
-En una de sus últimas apariciones, el presidente dijo que “vamos a dejar un mínimo de pesos en circulación, la remonetización tendrá que darse sacando plata del colchón”. ¿Qué significa esta afirmación?
-Se trata del bimonetarismo. Es la idea de dejar que la gente elija en qué moneda transaccione y que hagan lo que quieran. Pero eso puede generar una corrida cambiaria que no sabemos dónde puede terminar. Si la gente tiene la opción de elegir cualquier moneda para transaccionar, podés tener una corrida contra el peso y eso puede terminar muy mal. Sin embargo, no creo que en el corto plazo intenten ninguna locura de ese tipo, son más discursos de él o cosas de largo plazo que quiere hacer. Por lo pronto, el gobierno va a apuntar a tratar de sacar el cepo, que el tipo de cambio flote y siga habiendo pesos. Yo no le metería mucho más miedo a la sociedad de la que ya les mete el propio presidente.
Huella imborrable
-¿Qué recuerdos tiene de su paso por la Universidad Nacional de Quilmes?
-Tengo un montón de recuerdos muy lindos con mis amigos de Quilmes y de Berazategui. Soy de Lomas de Zamora y éramos todos pibes del conurbano y todos de primera generación universitaria. En nuestras familias no había padres recibidos de algo, incluso muchos no habían terminado la secundaria. Me acuerdo caminando hasta la estación de Bernal con un amigo de Berazategui que cobraba una asistencia que le daba el Estado para pagar los apuntes y esas cosas, porque el muchacho tenía un trabajo en negro y estaba haciendo sus primeros pasos en la carrera de hotelería. En la actualidad, muchos de mis excompañeros trabajan en multinacionales y en áreas de gobierno, y todavía los sigo viendo.
-Y en lo cotidiano, ¿cómo era cursar?
-Había una dinámica muy interesante de profesores que venían siempre a dar las clases, nunca se suspendía. Todo funcionaba relativamente bien y la universidad estaba muy ordenada. Tengo un recuerdo excepcional y la verdad que estoy muy agradecido, no solo por lo que me dio la universidad en términos profesionales, sino porque, en términos personales, me hizo valorar un montón de cosas y me formó como persona. Así que estoy muy agradecido y tengo un recuerdo muy lindo. Me encantaría en algún momento regresar y devolverle a la universidad algo de todo lo que me dieron, ya sea dando clases, una charla o cualquier cosa. Es un recuerdo muy lindo no solo desde lo profesional o lo académico, que me sirvió mucho, sino desde lo humano. Uno se transforma medio en hincha de la Universidad y estoy orgulloso de ser egresado de la UNQ.