Conocimiento y humor: el stand up científico cumple siete años en Argentina
En marzo de 2022 se cumplen siete años del primer curso de stand up científico dictado por el Ministerio de Ciencia, Tecnología en Innovación Productiva. Formó a estudiantes y científicos en técnicas de comedia en vivo con el objetivo de comunicar conocimientos a partir del humor como herramienta.
El stand up o comedia en vivo es un estilo donde el intérprete se dirige directamente a la audiencia. Es una especialidad artística diferente al teatro convencional ya que se debe generar una conexión con el público. Se suele decir que en el teatro las acciones ocurren entre cuatro paredes, la conexión es solo entre los intérpretes de las escenas. En el stand up, en cambio, no hay cuarta pared ya que se debe establecer una comunicación con la audiencia. En la comedia en vivo, la cuarta pared es el público.
En marzo de 2015 el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva se propuso una nueva estrategia con el propósito de que los contenidos científicos sean entendidos, valorados e incorporados a la cultura. Desde aquí, organizó el dictado de un curso mediante el cual estudiantes y egresados de carreras científicas pudieron formarse en técnicas de stand up para comunicar contenidos científicos mediante el humor.
El curso incluyó teoría de la técnica de la comedia en vivo y charlas sobre comunicación de la ciencia dictadas por diferentes profesionales del área. Se destacó el trabajo de Diego Golombek, científico y comunicador con amplia experiencia, y de Eduardo Sáenz de Cabezón, matemático español y fundador de “Big van ciencia”, grupo de monologuistas científicos.
Aprender a hacer reír
La enseñanza de la técnica del stand up estuvo a cargo de Diego Wainstein: comediante, actor y docente. “La idea era divulgar y atraer a la gente a la ciencia, pero desde un lugar de diversión. Los contenidos científicos están emparentados con el aburrimiento y lo pesado”, expresa. Y luego continúa: “Estamos acostumbrados a no prestar atención a la cantidad de cosas que la ciencia nos brinda. El humor te da la oportunidad de contarlas de una manera diferente”, agrega Wainstein, quien además recordó estar sorprendido por la convocatoria: “Yo soy docente de stand up y me han llamado para que dicte cursos específicos, apuntados a diferentes disciplinas. Con los científicos pasó algo increíble, el curso tenía un cupo de veinte alumnos, lo extendimos a treinta y se quedó muchísima gente afuera. Fue una locura”.
En aquella ocasión, se inscribieron casi trescientas personas sólo de la provincia de Buenos Aires. Quienes asistieron pudieron mostrar el material creado en funciones que se realizaron en la Nave de la Ciencia en Tecnópolis. La producción estuvo a cargo de Luciana Grosman quien organizó las fechas distribuyendo las funciones en grupos de tres comediantes científicos todos los sábados desde julio a noviembre de 2015. Basta con decir que la Nave de la Ciencia tiene capacidad para mil personas y se realizaron dos funciones con sala completa por fin de semana.
La experiencia Poper
En este marco, se conformó “Poper” (POPularización Entre Risas), el primer grupo de stand up científico de Latinoamérica. En la actualidad cuenta con científicos y científicas de áreas tan diversas como biología, física, matemática y química. Esta iniciativa dio lugar a grupos similares, como “Bardo” en Uruguay y “Homonologus” en Colombia.
Javier García de Souza es uno de los miembros fundadores de Poper. Es investigador del Instituto de Limnología Dr. Raúl Ringuelet (UNLP y Conicet) y estudia cómo mejorar la cría de pejerreyes. “Previo al curso ya hacia danza y teatro. Ya me predisponía de otra manera a la hora de comunicar ya que tenía entrenamiento en la exposición y en posicionarme frente al público, haciendo uso de herramientas que tienen que ver con la presencia escénica; pero en el teatro y la danza siempre había un personaje que no era yo. El stand up me permitió construir mi persona escénica a partir de mis propias vivencias”, recuerda García de Souza.
En sus presentaciones, García de Souza relata sus experiencias con la cría de pejerreyes, tomando con humor también cuestiones relacionadas a cotidianeidad en el laboratorio. “Al principio me resultó muy difícil y diferente al teatro. No hay esa cuarta pared que te protege. En el teatro, si rompes la cuarta pared, la rompes sabiendo que la podés volver a armar, en el stand up no se puede hacer eso”, amplia Javier.
En el humor es muy usual valerse de estereotipos para generar la risa ya que se encuentran en el imaginario colectivo y no hay que dar demasiada información para saber de qué se trata. Por ejemplo, se suele pensar que los gallegos son brutos. Esto claramente no es así, pero los chistes de gallegos funcionan gracias a este prejuicio. En el caso de la ciencia existe el estereotipo del científico loco y descuidado. García de Souza, sin embargo, expresa: “A la hora de comunicar la ciencia los estereotipos me molestan, me interesa mostrar la diversidad. Si nos guiamos por los estereotipos no habría científicas mujeres y todos los científicos serian hombres cis heterosexuales con cara de locos y eso no es así”.
Desde su formación, los integrantes de Poper realizaron shows en Tecnópolis y el Centro Cultural de la Ciencia. Se presentaron en instituciones educativas, congresos y festivales. Formaron parte de eventos multitudinarios como las charlas Tedx e incluso viajaron al exterior y realizaron actos en la semana de la ciencia de diferentes países. La comunicación de la ciencia mediante humor y la narración de historias constituyen una práctica en Latinoamérica que cumple siete años. Y lo mejor de todo: llegó para quedarse.