Vivir apestados: exrector de la UNQ publica un libro sobre virus y pandemias

Mario Lozano repasa la historia de estos agentes y cómo los humanos intervienen en estas enfermedades a la vez que intentan frenarlas.

La última pandemia causó cerca de seis millones de muertes. Créditos: ImageFlow / Shutterstock.
La última pandemia causó cerca de seis millones de muertes. Créditos: ImageFlow / Shutterstock.

Mario Lozano, virólogo del Conicet, exrector y docente de la Universidad Nacional de Quilmes, publicó un libro que relata la convivencia entre los humanos y los virus. Vivir apestados no solo recorre la historia de cómo las personas se relacionan con estos agentes y aclara algunos conceptos teóricos, sino que también proyecta escenarios futuros a partir de cambios sociales y culturales. En este sentido, Lozano hace hincapié en el rol de los Estados como herramienta para mitigar las posibles consecuencias. El texto ya está disponible en las principales librerías del país y forma parte de la serie Mayor de Ciencia que Ladra, dirigida por Diego Golombek.

Lo que llamamos convivencia con los virus es algo muy antiguo, que incluso supera a los humanos en la Tierra. Estos agentes infecciosos son entidades biológicas que comparten el camino de la evolución con todos los organismos desde la aparición de las primeras células en el planeta. Hay distintas teorías de cómo se originaron, pero todas reflejan una coevolución muy antigua con los ancestros celulares. Entonces, como elementos extracelulares, los virus son partícipes de la evolución de todos los organismos”, señala Lozano, en diálogo con la Agencia de Noticias Científicas de la Universidad Nacional de Quilmes.

A lo largo de 12 capítulos divididos en tres ejes (Virología, Historias de epidemias y Lo que vendrá), el autor transita los caminos de la historia y su libro funciona no solo como manual de definiciones, sino como un repaso de algunas epidemias como la gripe, la viruela, el sida y el coronavirus.

Los humanos y los virus

Más allá del rol de los virus en términos históricos, su labor más reconocida es por generar enfermedades en humanos. Algunos son tan potentes que pueden transmitirse rápido entre personas y provocar epidemias, lo que supone un problema sanitario para una población determinada. Entre la eficiencia y la circulación cotidiana de personas a nivel mundial, existen virus que pueden expandirse de forma veloz a todos los continentes y así desencadenar pandemias.

“En el siglo XX y en lo que va del XXI vimos muchas pandemias importantes producidas por virus. Estuvo la primera gran pandemia de gripe en 1918, con una altísima tasa de mortalidad y una distribución geográfica mundial. Estuvo el sida, con toda la afectación que todavía hoy produce (alrededor de 600 mil muertes por año) y que es la pandemia más larga de la historia de la humanidad. Y la última importantísima es la de covid-19. Todas estas pandemias, a diferencia de lo que ocurría hace miles de años, son producidas por virus, no por bacterias”, afirma el docente de la UNQ.

Portada del libro de Mario Lozano.
Portada del libro de Mario Lozano.

A su vez, Lozano advierte que las pandemias suceden en períodos de tiempo cada vez más cortos si se las compara con los registros históricos. En este sentido, la capacidad de las personas para transportarse de un lugar del mundo a otro en cuestión de horas, la cantidad de habitantes a nivel global y el modo en que se modifican los hábitats donde viven plantas y animales silvestres portadores de virus, son algunas de las causas que explican este fenómeno.

“Al modificar el hábitat, cambiamos la composición de animales silvestres que ese hábitat tiene. Por nuestra transformación o porque nuestra intervención en ese hábitat hace que los humanos y los animales estén más cerca de lo que normal e históricamente estaban, se producen los brotes de nuevas enfermedades”, resalta el virólogo del Conicet.

Estados fuertes, pandemias débiles

La pregunta no es si ocurrirá otra pandemia, sino cuándo será ese acontecimiento. De hecho, la Organización Mundial de la Salud (a través de una empresa argentina) desarrolla una vacuna en humanos contra la gripe aviar H5N1 porque, según estima, será la causante del próximo evento de estas características. Aunque no se sabe si pasarán meses, años o décadas, los especialistas dan por hecho que sucederá y exigen la intervención de Estados con capacidad de planificación y prevención.

Los Estados tienen un rol esencial porque todos estos problemas se resuelven con investigación en ciencia y tecnología para la producción de medicamentos. Todas las vacunas que usamos en el coronavirus tuvieron apoyo estatal para su producción. Además, el Estado funciona como organizador en muchas intervenciones no farmacéuticas como las cuarentenas, la solicitud de uso de barbijo y tantas otras maneras que ayudan a que una sociedad sufra menos”, destaca Lozano.

A modo de ejemplo, mientras que en la pandemia de gripe ocurrida en 1918 fallecieron alrededor de 50 millones de personas, en la de covid se registraron poco más de 6 millones. De no haber sido por las vacunas y por la decisión de los gobiernos en imponer medidas sanitarias, los resultados hubieran sido aún peores.


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Nicolás Retamar

Redactor. Docente y licenciado en Comunicación Social.