Cleptomanía: el deseo irrefrenable que desafía a la ley

Es una conducta impulsiva difícil de reprimir y que va contra las reglas sociales. Las terapias y algunos fármacos pueden aliviar el síntoma.

La cleptomanía es un trastorno que se da con mayor frecuencia en mujeres y los síntomas pueden comenzar desde la adolescencia hasta la adultez. Crédito: Bienestarcolsanitas
La cleptomanía es un trastorno que se da con mayor frecuencia en mujeres y los síntomas pueden comenzar desde la adolescencia hasta la adultez. Crédito: Bienestarcolsanitas

Cuando Ana entra al kiosco, las empleadas la saludan y entrecruzan miradas cómplices, como en estado de alerta. Ella pide un paquete de galletitas, lo paga y recibe junto a su vuelto un cupón para participar de un sorteo por una huevo de pascuas. Se dirige hacia la urna, completa sus datos con una birome atada a la caja a través de un largo piolín y lo deposita. Pero antes de marcharse, un impulso irresistible, imposible de evadir, la embriaga por completo: tira del piolín y se guarda la birome en el bolsillo. Al llegar a su casa, respira hondo. Siente una liviandad inexplicable, como si se hubiese sacado cien kilos de encima. Está satisfecha, llena, colmada, tranquila y en paz por unas horas… Ana sabe que robó. Pero no es una ladrona: es cleptómana, una enfermedad que padece desde hace 15 años y que parece no querer abandonarla.

Según la quinta edición del Manual de Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales, la cleptomanía pertenece al grupo de los trastornos disruptivos del control de los impulsos y la conducta es definida como “un fracaso recurrente para resistir el impulso de robar objetos que no son necesarios para uso personal ni por su valor monetario”. Y se especifica que el acto implica un “aumento de la sensación de tensión inmediatamente antes de cometer el robo; placer, gratificación o alivio en el momento de cometerlo”.

La cleptomanía lleva a quien la sufre a robar compulsivamente, generalmente cosas pequeñas o de poco valor. Los hurtos no son planificados e inmediatamente después, el cleptómano tiene una sensación de liberación. Sin embargo, pasada la euforia inicial, sobreviene la culpa o la depresión, ya que en todo momento es consciente de su actitud delictiva. Se diferencia del ladrón porque este roba por diversión o necesidad de satisfacer un bienestar material, económico o social, y puede pasar horas, días y años planeando el robo.

Los medios de comunicación, el cine y la información errada que circula de boca en boca provoca que diversos mitos sobre la cleptomanía se instalen en el inconsciente colectivo. De hecho, no es extraño denominar “cleptómano”, de forma generalizada, a todas las personas que roban.

“La persona cleptómana responde a un impulso interior que la hace apropiarse de cualquier objeto; lo hace con la lógica de la compulsión, una especie de estímulo irrefrenable que no puede manejar. Es decir, no hay un fin pragmático en el robo sino un impulso con el que, muchas veces, la persona no se siente cómoda porque puede llevarla a una cuestión de deterioro de relaciones personales, afectivas y sociolaborales”, explica el psiquiatra Federico Pavlovsky, en diálogo con esta Agencia. Según el especialista, las personas con cleptomanía a menudo tienen otros trastornos: “Generalmente, la cleptomanía viene acompañada de otros trastornos de control de impulsos, como abuso de sustancias, ansiedad o alimentación”.

Partiendo de categorías psicoanalíticas, para la licenciada Nora Merlin, la cleptomanía se considera “una actividad de la pulsión sin límite; un síntoma que debe ser autopercibido”. En ese sentido, asegura que si el síntoma no es percibido por el sujeto, la terapia psicoanalítica puede ayudar a generarlo. “Para que el tratamiento psicoanalítico sea efectivo, el sujeto debe autopercibirse como cleptómano”, dice Merlin. Y agrega que el analista “puede ayudar a producir el síntoma”.

El remedio de la ley

En 2002, Winona Ryder, la actriz que fue nominada al Oscar por dos trabajos (La edad de la inocencia y Mujercitas), fue condenada a libertad condicional, servicios comunitarios y una fuerte multa tras haber sido hallada culpable de robar artículos de un elegante negocio de Beverly Hills. El juez del tribunal le ordenó además participar de programas de asesoramiento de adicciones y tratamiento psicológico. También Lindsay Lohan fue atrapada robando en una joyería. En tanto Cristina Cifuentes, presidenta de la Comunidad de Madrid y señalada como la heredera de Rajoy en España, fue filmada robando en un supermercado en un episodio escandaloso que prácticamente terminó con sus aspiraciones políticas.


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María Ximena Perez

Periodista, docente e investigadora. Doctora en Comunicación.