Feria del Libro en Buenos Aires: un reencuentro con expectativas e incertidumbre

La edición número 46 de la Feria ya se realiza en el predio de La Rural y se espera que la visiten alrededor de un millón y medio de personas.

Personas con barbijo recorren el stand de Penguin Random House. Créditos: Maximiliano Luna
Personas con barbijo recorren el stand de Penguin Random House. Créditos: Maximiliano Luna

Tras dos años de suspensión a raíz de la pandemia, se realiza en La Rural desde el 28 de abril hasta el 16 de mayo la 46° Feria Internacional del Libro de Buenos Aires. Organizada por la fundación El libro, los visitantes pueden recorrer los más de 45 mil metros cuadrados de exposición. Entre conferencias, presentaciones de libros, cursos, charlas, firmas de ejemplares, un festival de poesía, un encuentro de narradores y una jornada de microficción, habrá más de mil propuestas culturales. El valor de las entradas arranca en 300 pesos de lunes a jueves y 450 pesos para viernes, sábado y domingo. De lunes a viernes los estudiantes que presenten comprobante podrán ingresar gratis y los docentes harán lo propio todos los días. Aunque se espera un clima celebratorio y las expectativas de venta son buenas, la incógnita pasa por el bolsillo y la capacidad de compra de quienes vayan a caminar la Feria.

“Al público de la feria le gusta ir a comprar, y en ese sentido la feria funciona como un termómetro del estado poder adquisitivo medio de la sociedad. En el último tiempo, los libros aumentaron y una de sus causas fue el incremento del precio del papel”, señala Alejandro Dujovne, doctor en Ciencias Sociales e investigador del Conicet.

Hay un mundo del libro que se encuentra en la Feria porque constituye el principal evento del mercado del libro en Argentina. “Muchos actores solo se ven en esta instancia mediante el dialogo, el intercambio, las reuniones formales y los encuentros informales en un café. Se crean lazos de amistad y confianza que permiten empezar un vínculo comercial o consolidarlo”, destaca Dujovne.

Editoriales universitarias

Al igual que otras universidades, la Universidad Nacional de Quilmes tiene su puesto en la feria en el stand 628 del Pabellón Azul. Creada en 1996, la editorial de la UNQ ya publicó más de 400 títulos, la mayoría de carácter académico, en especial en ciencias sociales, ciencia y tecnología y humanidades. El catálogo -organizado en colecciones dirigidas por reconocidos investigadores y académicos-, alberga títulos de autores nacionales y extranjeros.


Leonardo Murolo

Las editoriales son una de las caras más visibles de la producción y actividad universitaria. En el caso puntual de Editorial UNQ, volvemos a la Feria con nuevas colecciones, presentaciones y títulos de los cuales nos sentimos muy orgullosos”.

— Leonardo Murolo, coordinador del Programa Institucional de la UNQ.

Leonardo Murolo, coordinador del Programa Institucional Editorial de la UNQ, se refiere al rol de las editoriales universitarias: “Son una de las caras más visibles de la producción y actividad de las universidades. Desde la investigación, la gestión, la extensión, la docencia, hasta las temáticas que nos interpelan como universidades están plasmadas en los catálogos de nuestras editoriales. En el caso puntual de Editorial UNQ, volvemos a la Feria con nuevas colecciones, presentaciones y títulos de los cuales nos sentimos muy orgullosos”.

Stand de la Universidad Nacional de Quilmes. Créditos: Universidad Nacional de Quilmes

Mercado y Estado

El valor simbólico que tiene el libro en una sociedad en un momento dado no es algo instalado de una vez y para siempre. Si bien hay un proceso histórico donde determinada sociedad y país tiene una tradición lectora y literaria, en cada momento hay que interpretar quiénes son los personajes que operan sobre los libros.

Para Dujovne, el valor social del libro está dado a partir del juego de una cantidad de actores que podrían sintetizarse en mercado y Estado. “Me interesa preguntar qué políticas públicas hay y el rol del Estado para orientar los consumos culturales, especialmente el libro. La cuestión pasa por cómo generar hábitos de lectura en personas que no leen y, en aquellos que sí lo hacen, que puedan pasar a otra clase de lectura”, cuenta el director del Centro de Estudios y Políticas Públicas del Libro.

En el juego entre mercado y Estado, el primero orienta a partir de diversos factores la forma de producción, circulación, tipo de libros que se producen y quiénes acceden a ello. Qué autores van a entrar, qué clases de obras, qué géneros, qué tipo de literatura se publicará y qué tipo no se publicará, son ejes que operan bajo la lógica mercantilista.

En este contexto, el desafío del Estado es ampliar las posibilidades para que determinados grupos sociales y geográficos, que quedan excluidos por el mercado, accedan a la adquisición y la lectura de libros a través de diferentes políticas públicas como el Plan nacional de Lectura.


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Nicolás Retamar

Redactor. Docente y licenciado en Comunicación Social.