Martín Liut: “La música atraviesa la sociedad de un modo capilar, masivo y permanente”
El investigador y docente de la UNQ dialogó sobre el estudio cultural de la música para comprender las dimensiones sociales de la historia.
Contextualizar la música en su época, pensar no solo en su creación sino en sus receptores y sus resignificaciones a través del paso del tiempo, permite analizar canciones, artistas y géneros más allá de lo técnico. Martín Liut, compositor, investigador y docente en la Escuela Universitaria de Artes de la Universidad Nacional de Quilmes, afirma que a la música hay que tomarla en serio porque “se mueven muchas pasiones alrededor”.
-¿Por qué estudiar la música?
-La música atraviesa la sociedad de un modo capilar, masivo y permanente. Tenés la crítica periodística, la musicología y los estudios culturales de la música, en donde intervienen múltiples disciplinas: la sociología, la historia, la antropología y más. En Argentina, lo que tenemos más a mano es el canto de las hinchadas y las murgas, que se caracterizan por tomar melodías muy populares y cambiarles la letra. Si la melodía funciona en un espacio popular, se le cambia la letra y circula de otra manera.
-¿Cómo funcionan las canciones en momentos claves de la historia reciente del país?
-Respecto de los acontecimientos excepcionales, en la música popular hay un repertorio preexistente que cambia su función o se resignifica. Hay canciones como Se viene el estallido que casi alertan lo que va pasando. Este tema de Bersuit es una canción anterior al 2001 pero terminó funcionando como el tema del estallido porque era profético en su estribillo. Por eso hay que tomarse en serio la música, porque se mueven muchas pasiones alrededor. En los momentos de crisis te permite entender las dimensiones sociales en el devenir de la historia.
El estudio de la música como fenómeno social, cuenta Liut, permite indagar en los tiempos históricos y circular entre la tríada comunicación, cultura y sociedad. La marcha peronista es una melodía muy famosa que se usa en la cancha con la letra asociada a los clubes. Muchas personas cantan “dale campeón dale campeón” sin saber de dónde proviene ese ritmo. Sin embargo, durante la última dictadura cívico-militar, si una hinchada cantaba por su equipo con la melodía que “viralizó” Hugo del Carril, en realidad cantaba la canción que estaba proscripta.
Aunque hay géneros que pueden decir más cosas o amplificar su discurso más rápido porque en ese momento ocupan un lugar central, sobre la crisis del 2001 hay canciones de cumbia, rock, jazz y hasta música experimental. “Cuando una crisis atraviesa una sociedad, algunos artistas responden con determinadas obras. Sin embargo, las repercusiones sociales dependen mucho del género que esté de moda”, apunta el referente.
Música y Malvinas
La marcha de Malvinas formaba parte del cancionero escolar pero no era una canción central antes de la guerra. Durante el conflicto bélico la repitieron todos los días en las escuelas primarias y secundarias del país. A partir del libro Escuchar Malvinas, donde Liut escribe el capítulo Apuntes sobre las representaciones musicales y generacionales de la guerra de Malvinas: cuestión de clase, UNQ TV le propuso dialogar con otros docentes de la Universidad Nacional de Quilmes para analizar las canciones de aquel momento y qué reflejan en esa época.
-¿Por qué Oíd la historia?
-Se trató de hacer algo que realizamos cotidianamente como discutir lo que escribimos, pero hacerlo delante de cámara. El título refiere a trabajar la historia reciente de Argentina a partir de la escucha de la música como fenómeno social que está articulado con lo que pasa en esta sociedad, como recurso para la acción, como agenda, como memoria y otras múltiples funciones que cumple. Además, hay estudios sonoros que incorporan la fuente documental auditiva para el estudio del pasado. Hay una historia que se puede contar a través de lo sonoro.
Nuevos géneros
Mucho se critica a los nuevos estilos urbanos que surgen como el trap o la cumbia 420 que, con sus letras, estilos y modos determinados, incomodan a generaciones anteriores. En este sentido, Martín Liut, quien dirige el proyecto Territorios de la música argentina contemporánea (TEMAC), advierte: “Para aquellos que critican el modo en que cantan los pibes de la música urbana, les digo que escuchen cómo sonaba y cómo cantaban el tango en 1905. Desafinaban y las letras hablaban de banalidades, pero eran muy populares”.