ALCE: ¿Qué falta para que la integración regional pueda llegar al espacio?
Solo cinco países ratificaron la adhesión a la Agencia Latinoamericana y Caribeña del Espacio, el proyecto impulsado por México que recibió apoyo de Argentina.
Propuesta en 2021 bajo la presidencia temporal de México en la Comunidad de Estados Latinoamericanos y caribeños (CELAC), la Agencia Latinoamericana y Caribeña del Espacio (ALCE) es el primer proyecto de cooperación entre países de la región para explorar el espacio de forma conjunta. Entre sus objetivos se destacan la exploración y la utilización pacífica del espacio ultraterrestre y la luna, el fortalecimiento de las capacidades espaciales de los Estados miembros, el desarrollo de tecnología satelital propia y la coordinación de esfuerzos en casos de emergencias y desastres naturales causados por el cambio climático. Aunque 20 países firmaron su convenio constitutivo, muchos de ellos todavía requieren la aprobación legislativa. Solo México, Venezuela, Dominica, Santa Lucía y Nicaragua lo ratificaron en sus parlamentos. Deben ser 11 los países que reafirmen la adhesión para que ALCE empiece a tomar vuelo.
Más allá que algunos países cuentan agencias espaciales propias, ALCE pretende desarrollar la ciencia y la tecnología en aquellas naciones donde todavía no existen estas instituciones. Así, la idea es favorecer a todos los Estados miembros más allá del grado de desarrollo alcanzado hasta el momento.
Otro reto del organismo tiene que ver con la manera en que se utilizará el espacio para el desarrollo tecnológico. A su vez, una cuestión extra que se añade es el tipo de tecnología: desde México confían en que el presente y el futuro estará marcado por los nanosatélites, en contraposición a ese imaginario espacial creado por Estados Unidos donde resaltan los satélites gigantes, los astronautas y la NASA.
Desafíos
La configuración política y las elecciones en cada país de la región constituyen un punto de especulación para saber qué podría ser de ALCE. El sentido común y la experiencia afirman que los gobiernos de tinte progresista y de izquierda están más alineados en la cooperación conjunta con fines soberanos. En este marco, la idea de la Agencia fue del gobierno de López Obrador en México y obtuvo el rápido apoyo de Argentina. De hecho, el primer anuncio lo realizaron sus respectivos cancilleres, Marcelo Ebrard y Felipe Solá.
El triunfo de Gustavo Petro en Colombia más la posible victoria de Lula en Brasil fortalecerían la unidad latinoamericana y, con eso, el desarrollo de ALCE. Sin embargo, esto no asegura la mayoría parlamentaria que da el visto bueno para suscribir al convenio constitutivo. En muchos países (algunos con gobiernos progresistas) la agenda científica y tecnológica no es prioridad: las realidades urgentes se imponen sobre temas de mediano y largo plazo, y algunos ni siquiera cuentan con el quorum suficiente.
Deuda pendiente
Aunque hubo algunos proyectos bilaterales y regionales a partir de la década del 70′, es la primera vez que se realiza un proyecto de estas características. Sin embargo, la unión y la cooperación entre los países está atada a una lógica que une a los gobiernos según del lado del espectro político que se encuentren. Por ejemplo, ni el Brasil de Bolsonaro, la Chile de Piñera (ahora comandada por Boric) o El Salvador de Bukele se adhirieron a la la Agencia.
Pese al relanzamiento de la CELAC y algunos encuentros bilaterales, todavía queda mucho por hacer por una ciencia y tecnología latinoamericana y caribeña. En el marco de la Unasur, los ministros de Defensa de Argentina y Brasil habían planteado la necesidad de crear una Agencia Espacial Regional, aunque fue más una declaración que algo formal.
Así, potenciar la soberanía espacial, desarrollar capacidades propias y lograr la cooperación entre países en materia científica y tecnológica con un proyecto común, son algunas de las deudas que intentará pagar ALCE.