Las hermanas “Mariposas” y un feminicidio que quedará grabado en la memoria colectiva
La docente e investigadora de la UNQ, Anahí Cuellas, explora el origen del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer.
Minerva, Patria y María Teresa Mirabal, conocidas también como Las hermanas Mariposas, crecieron en una República Dominicana marcada por el régimen dictatorial de Rafael Trujillo. Desde pequeñas, desarrollaron una conciencia política y social que encauzó su vuelo en una activa lucha por sus derechos y en contra de los brutales abusos del dictador.
El 25 de noviembre de 1960, las hermanas Mariposas fueron interceptadas, ahorcadas y luego apaleadas por el ejército dominicano. Para intentar tapar semejante crimen, las hermanas fueron lanzadas por un precipicio, dentro del vehículo en el que viajaban, para simular un aparente accidente automovilístico.
“Las Mariposas” tenían entre 25 y 36 años, estudios universitarios, cinco hijos e hijas en total y contaban con una década de activismo político al momento de su muerte. La popularidad de las tres mujeres, unido al aumento de los crímenes, las torturas y las desapariciones de quienes se atrevían a oponerse al régimen de Trujillo, hizo que este Feminicidio marcase para siempre la historia dominicana.
El femenicidio de estas mujeres activistas y las violaciones más generalizadas de los derechos humanos que usualmente sufren, inmortalizaron en la memoria colectiva el nombre Mirabal, como símbolo de lucha feminista. “Si me matan, sacaré los brazos de la tumba y seré más fuerte”, repetía Minerva, sin saber que más de medio siglo después, sus palabras serian la voz frente a toda forma de desigualdad y violencia contra las mujeres. Unos 21 años después, en 1981, se realizó el Primer Encuentro Feminista Latinoamericano y del Caribe en Bogotá, Colombia. Allí decidieron que cada 25 de noviembre se celebrase el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer y en 1999, Las Naciones Unidas estableció esta fecha como el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres.
Hoy más que nunca esta historia nos inspira para continuar y reforzar la lucha contra la desigualdad, la discriminación por razones de género y las violencias machistas. Aún nos falta un camino difícil por recorrer, pero sabemos que entre todas y todos podemos transformar las reglas sociales y derribar los estereotipos que subordinan a la mujer. Este 25 de noviembre volvemos a alzar nuestras voces para gritar una vez más: ¡Vivas y libres nos queremos!
