Diario del Juicio: cuando el “Nunca más” se grita desde las universidades públicas conurbanas

Este proyecto periodístico digital cubre el juicio que investiga los delitos de lesa humanidad en el Pozo de Quilmes, El Infierno en Avellaneda y el Pozo de Banfield.

El Pozo de Quilmes. Créditos: La Retaguardia.
El Pozo de Quilmes. Créditos: La Retaguardia.

“Diario del Juicio” se trata de un espacio digital que cubre y comunica de manera periodística el juicio que investiga los delitos de lesa humanidad cometidos durante la última dictadura cívico-militar en los Centros Clandestinos de Detención, Tortura y Exterminio conocidos como Pozo de Quilmes, El Infierno en Avellaneda y el Pozo de Banfield. A través de crónicas, videos y entrevistas, el Diario da a conocer quiénes son los imputados (y de qué delitos se los acusa), las víctimas y registra las audiencias del debate público y oral. También, aborda las jornadas de reuniones y reflexión en torno a lo ocurrido.

Bajo la órbita del Tribunal Oral Federal Nº 1 de La Plata, la causa unificada investiga a 18 represores acusados por los delitos de privación ilegal de la libertad, aplicación de tormentos, homicidio calificado, abuso sexual con acceso carnal y sustracción, retención y ocultamiento de menores. De las víctimas, 253 estuvieron en el Pozo de Banfield y 181 en el Pozo de Quilmes. Además, 36 de esas personas pasaron por ambos centros clandestinos. En el caso de El Infierno en Avellaneda, se registraron 62 víctimas.

El Pozo de Quilmes. Créditos: Laboratorio de Medios de la Universidad Nacional de Avellaneda (UNDAV).

También, el juicio alcanza a 18 mujeres embarazadas que dieron a luz en cautiverio o estuvieron detenidas en estos centros –muchos de sus hijos o hijas aún no fueron identificados-. Los testigos llamados son alrededor de 500, y cerca de 400 provienen de las causas Quilmes- Banfield.

La iniciativa es llevada adelante por comunicadores y comunicadoras de la Universidad Nacional de Quilmes, la Universidad Nacional de Avellaneda, la Universidad Nacional de Lomas de Zamora y la Universidad Nacional de Lanús, sumado a organizaciones de derechos humanos, organismos públicos y municipios.

En el caso de la UNQ, “tuvimos muchos antecedentes antes del Diario en relación a juicios y a la memoria del territorio, como realizar visitas a la ex ESMA, recorridos por los diez sitios de memoria que hay en esta zona del conurbano o el lanzamiento del libro ‘Arqueología del terrorismo de Estado en el partido de Quilmes'”, cuenta Luciano Grassi, director del proyecto de extensión “Universidad, memoria y ciudadanía” de esta casa de estudios, a la Agencia de Noticias Científicas. Y continúa: “La UNQ es una universidad de la democracia, no tuvimos la historia de persecución como sí la sufrieron otras casas de estudio. De todas maneras, tenemos un compromiso con mantener la memoria, la verdad y la justicia porque no sólo somos una universidad pública sino que también porque se realizan juicios por crímenes que sucedieron en el territorio donde hoy funciona la UNQ“.

En el lugar de los hechos

Los espacios que hacen al Diario del Juicio funcionan dentro de la zona en la que se llevó adelante el “Circuito Camps”, llamado así porque dependía del Jefe de la Policía de la provincia de Buenos Aires, Coronel Ramón Camps. Para llevar a cabo el plan sistemático de persecución, apropiación, desaparición y exterminio de personas, el gobierno de facto que inició en 1976 puso en funcionamiento 800 Centros Clandestinos de Detención identificados hasta el momento en todo el país, de los cuales más de 250 estaban ubicados en Buenos Aires.

El Infierno de Avellaneda. Créditos: Laboratorio de Medios de la Universidad Nacional de Avellaneda (UNDAV).

El “Circuito Camps” estaba conformado por 28 centros clandestinos distribuidos en nueve partidos del conurbano y La Plata, entre ellos el “Pozo de Banfield” en Lomas de Zamora, “Pozo de Quilmes” y “Puesto Vasco” en Quilmes, La Brigada de Investigaciones de Lanús con asiento en Avellaneda  o “El Infierno”, COT I Martínez en San Isidro, Brigada de Investigaciones de San Justo y “el Sheraton” o comisaría de Villa insuperable en La Matanza, Brigada de Investigaciones de La Plata, “La Cacha”, Destacamento de Arana y Pozo de Arana o “estancia La Armonía” en La Plata y comisaría 8va. de La Plata.

A través de distintas investigaciones, se demostró que al interior de los circuitos las víctimas eran trasladadas de un centro a otro sin seguir ningún tipo de patrón (lo mismo ocurría con los represores).

La documentación de este juicio es importante porque funciona como prueba histórica. Cuando decimos ‘Memoria, verdad y justicia’, hablamos de la demanda social de no olvidar, de conocer las historias, de saber qué pasó. El juicio está en el principio del fin, ya pasaron casi todos los testigos; sin embargo, ahora se están incorporando casos nuevos, es decir, personas que recién ahora dan su testimonio por lo que se va a extender un poco más”, detalla Grassi.

Este año es el 40° aniversario del retorno de la democracia a Argentina, pero las consecuencias de la dictadura cívico-militar aún se sienten: nuevas declaraciones de testigos, nietos y nietas que aún no fueron identificados, personas que no se sabe dónde están, desafectaciones de centros clandestinos de detención. Es por eso que el Diario del Juicio cobra aún más relevancia: habla de lo que pasó en este territorio, desde cuatro universidades públicas y siete organizaciones u organismos que levantan la bandera de la memoria, la verdad, la justicia y gritan Nunca Más.


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Luciana Mazzini Puga

Licenciada en Comunicación Social (UNQ).