Pasados por agua: qué dice la ciencia sobre las tormentas que azotan CABA y GBA
Si bien estas lluvias torrenciales siempre existieron, el cambio climático ayuda a que sean cada vez más frecuentes y con mayor intensidad.
Distintos puntos de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y Gran Buenos Aires soportaron un nuevo aguacero. Tormentas muy fuertes y con mucha caída de agua en muy poco tiempo parece ser la nueva regla. Aunque los especialistas sostienen que las lluvias torrenciales siempre existieron, el nuevo condimento que tienen es el cambio climático. Para conocer las causas que provocaron estas tormentas y su relación con el cambio climático, la Agencia de Noticias Científicas de la Universidad Nacional de Quilmes dialogó con la comunicadora meteorológica Cindy Fernández, miembro del Servicio Meteorológico Nacional.
“Históricamente ocurrieron en nuestra zona tormentas de esta magnitud y tenemos que adaptarnos. Lo que sí, hay estudios que muestran cómo el cambio climático, al generar una atmósfera más cálida que también puede contener más humedad, potencia el desarrollo de este tipo de eventos”, subraya Fernández.
Sobre los motivos que propiciaron las tormentas, la comunicadora cuenta: “Tenemos una masa de aire cálida con muchísima humedad, hay un frente cálido avanzando y bajas presiones también avanzando desde el Océano Pacífico. Todo esto genera el desarrollo de tormentas. Como tenemos esta masa de aire tan cálida y con tanto contenido de humedad, hay combustible suficiente para que se generen lluvias torrenciales”.
Adaptarse a la nueva normalidad
Según un informe de evaluación del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) publicado en 2022, el cambio climático causado por actividades humanas ya influye en muchos fenómenos y se espera que sigan evolucionando gracias a la influencia de las personas.
De hecho, el propio SMN publicó en su portal que “el año 2023 se destacó en Argentina por sus condiciones climáticas excepcionales y por convertirse en el año más cálido de la serie histórica”. En cuanto a las precipitaciones, si bien 2023 se destacó por ser el vigésimo año más seco desde 1961 en todo el país, hubo tormentas donde llovió mucho en muy poco tiempo. En este sentido, Fernández observa que, por ejemplo, las tormentas severas en las últimas décadas ocurren de forma más frecuente que hace 30, 40 o 50 años atrás.
“Cuando uno mira los modelos meteorológicos que proyectan cómo es el clima del futuro, se ve también que hay un incremento en la frecuencia de este tipo de eventos. En resumen, no tenemos que acostumbrarnos, sino adaptarnos. Este tipo de fenómenos ocurrieron siempre y van a seguir ocurriendo. Y, con el cambio climático, es esperable que además ocurran más seguido”, explica la meteoróloga.