Romper es más fácil: el documental de la UBA que narra la actualidad del sistema científico y tecnológico
Once investigadores relatan el impacto que tuvo el recorte presupuestario en el primer año de gestión de Milei, como la falta de recursos y la fuga de cerebros.
La Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires lanzó “Romper es más fácil. Reporte del ajuste en ciencia 2024”, un documental que narra la situación que afronta el sistema científico y tecnológico a raíz del ajuste realizado por Javier Milei durante su primer año de gestión. Once investigadores e investigadoras relatan el impacto que genera la falta de recursos en sus áreas a corto, mediano y largo plazo. Con una alusión en su nombre a los dichos del presidente de “romper” el Estado desde adentro y achicarlo, el corto de 33 minutos de duración está disponible en YouTube y apunta a llegar a los legisladores y a la población.
“En un año pasamos de tener un sistema científico en pleno funcionamiento y de alto nivel a una parálisis sorprendente y un saldo negativo en la cantidad de científicos. Teníamos problemas por supuesto, pero también teníamos un fuerte desarrollo en áreas como la energía nuclear, la satelital, biotecnología, la informática, y con inserción internacional y reconocimiento innegable”, detalla Armando Doria, secretario de Comunicación de Exactas y productor periodístico del documental, a la Agencia de Noticias Científicas de la UNQ.
Así, el corto incluye las voces de doctores en Ciencias Químicas, Biológicas, Informática y Matemática, Oceanografía, Geológicas, Físicas, de la Atmósfera. Según detalla el documental, la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA concentra el 10 por ciento de los investigadores e investigadoras del Conicet, produce el 10 por ciento del conocimiento a nivel nacional. A la vez que, dicta, es el espacio de de estudios que forma más doctores en todo el país (20 por ciento).
“Todo el tiempo nos enteramos de gente valiosa y formada que deja esta Facultad para ir a trabajar a universidades privadas o al exterior. La angustia y la desesperanza que se vive en el sistema científico cada día nos llevó a dejar registro de la situación. No solo en números, sino también a partir del testimonio y la vivencia de la gente que integra el sistema”, cuenta el coordinador general ante la Agencia.
Si solo de números se tratase, un informe reciente de la Red Iberoamericana de Indicadores de Ciencia y Tecnología destacó que los países de América Latina y el Caribe destinaron 0,56 por ciento de sus recursos económicos para investigación y desarrollo (I+D) en 2022. Si bien Argentina promulgó en 2021 una ley para llegar al 1 por ciento de inversión del PBI en CyT para 2032, según el grupo Economía.Política.Ciencia., el actual gobierno la llevó en 2024 a 0,2 por ciento, valores similares al año 2006.
Pero el problema es mucho mayor: la formación y el trabajo de investigadores, su desarrollo de conocimiento en áreas fundamentales como la salud y la tecnología, así como también la posibilidad de que un país sea soberano y no dependa de otros. “Con el paso de los meses y el trato diario con los científicos, advertimos cómo se sumaron los problemas ocasionados por los distintos recortes presupuestarios, como la baja en los ingresos de becarios, la imposibilidad de reponer o reparar equipos rotos, la falta de insumos, de reactivos y diverso material de laboratorios y la baja sostenida de recursos”, detalla Doria.
Desde la Facultad proyectan que el registro audiovisual atraviese las paredes de la comunidad científica y llegue a la población, los legisladores y equipos de trabajo de las distintas fuerzas políticas. “Esperamos que logren advertir el daño que estas políticas de recorte y rechazo a la generación de conocimiento generaron en tan poco tiempo y el riesgo al que nos expone”, define.