Washington Uranga: “Los periodistas tenemos que facilitar el diálogo con los sectores excluidos”

El comunicador analiza la situación de la profesión en la actualidad y describe cómo se posicionan las audiencias ante las fake news.

Washington Uranga plantea que la agenda mediática actual vive una tensión entre blanco y negro, sin dar lugar a matices. Créditos: Prensa UNQ
Washington Uranga plantea que la agenda mediática “vive una tensión entre blanco y negro, sin dar lugar a matices”. Créditos: Prensa UNQ

Washington Uranga es periodista, docente e investigador. En diálogo con la Agencia de Noticias Científicas de la UNQ, analiza la actualidad del periodismo, examina el lugar de las audiencias y manifiesta la necesidad de incluir en la agenda a aquellos actores que habitualmente son invisibilizados en el espacio público. Además, plantea que la sociedad presta más atención “a quién dice, en lugar de a qué se dice”, y define esto como “una búsqueda de supervivencia”.

-¿Cómo analiza el periodismo actual?

-Es un momento muy difícil de la profesión. En la actualidad, el periodismo se ejerce dentro de empresas de comunicación que, a su vez, son parte de conglomerados mucho más amplios. En ese sentido, no solo se dedican a la parte periodística, sino que también son políticos, económicos y culturales. Entender esto es importante porque los sectores de comunicación son quienes producen esos sentidos políticos y culturales. En este contexto, los periodistas trabajamos de manera muy condicionada. No digo que no tengamos autonomía, sino que hacemos un esfuerzo muy grande por construirnos en esos espacios y, en definitiva, significa otra manera de entender la libertad de expresión. Además, hay muchas agendas invisibilizadas y sobredimensionadas en función de los intereses de los conglomerados.

-¿Cuáles?

-Hay muchos temas vinculados con la marginación, la pobreza y la exclusión que solamente aparecen a modo de descalificación o de problemas, pero no hay contexto ni historias. Los pobres son una estadística y no hay una explicación de por qué está esa persona en esa situación. Otro ejemplo son las organizaciones sociales. Yo trabajo con varias y el planteo es que ni sus problemas ni sus logros son visibilizados.

-Claro, hay que hablar de esos sectores…

-Los y las periodistas tenemos que pensarnos en un lugar de facilitadores del diálogo. Tenemos que trabajar en construir agendas de aquellos que no tienen posibilidades de expresarse. Es una tarea que tenemos que dar desde la universidad. Hay experiencias de agencias de noticias en universidades, como es el caso de la UNQ. Creo que hay que multiplicar eso. De lo contrario, además, se pierden matices. Hoy en día hay una agenda tensionada entre blanco y negro, es decir, entre aquello supuestamente bueno y aquello supuestamente malo. Entonces, desaparecen los matices y aquellos que no se ponen ni de un lado ni del otro.

-También están las fake news, ¿cómo hacen las audiencias para confiar en el periodismo ante tanta información?

-No creo que el tema de las fake news se resuelva individualmente. Más bien, me parece que tiene que haber un proceso de mirar en red, es decir, ver más allá de un medio o de un periodista. Esto implica un trabajo agotador de chequeo para las audiencias. Tenemos que ser los periodistas los que establezcamos y vinculemos distintas fuentes, y también contar historias, porque son las que contradicen cualquier fake news. Funciona así: las fake news apuntan a un acontecimiento particular y buscan resaltar algo en cierto momento, pero difícilmente puedan sostener una historia y un proceso. De todas maneras, creo que hoy en día hay una búsqueda de supervivencia por parte de las audiencias.

-¿De supervivencia?

-Sí. En medio de una maraña informativa, las audiencias atienden más a quién lo dice, en lugar de a qué se dice. Estamos viviendo un momento de incertidumbre en la información, es muy difícil confiar en una información si no tengo en claro cuál es el emisor. Además, hay un proceso de acostumbramiento: nosotros nos acostumbramos a escuchar lo que coincide de antemano con nuestro propio pensamiento. 

-Es necesario escuchar lo diferente…

-Absolutamente. Partimos de la base de que todos y todas tenemos capacidad crítica, entonces, tenemos que escuchar multiplicidad de voces, experiencias y análisis. Es la única manera de tener pensamiento propio. 

-Hablaba antes de las universidades. ¿Qué debe tener en cuenta la nueva generación de comunicadores para ejercer un buen periodismo?

-¡Que difícil ponerse en consejero! Me parece que ante todo hay que aferrarse a la veracidad de los hechos porque son contrastables. Además, que establezcan diversidad de fuentes para que cada protagonista mira la realidad con sus propios anteojos. Nosotros como periodistas necesitamos tener todos los anteojos para después tomar nuestras propias decisiones. La idea es que no nos quedemos amarrados a una sola mirada. Por último, que cuenten historias, para así contrarrestar a las fake news.


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Luciana Mazzini Puga

Licenciada en Comunicación Social (UNQ).