Más del 40 por ciento de las personas con acné puede sufrir depresión
Esta patología afecta a 650 millones de individuos en el mundo y, según un estudio, es el segundo problema de piel con mayor impacto en la calidad de vida.
El acné es una patología crónica que afecta a 650 millones de personas en el mundo. Su aparición y secuelas impactan en la calidad de vida de las personas no solo a nivel físico, sino también emocional. Según un estudio realizado por el laboratorio dermatológico Roche-Posay, el 46 por ciento de las personas con acné tiene más probabilidades de desarrollar depresión.
Los resultados del estudio determinaron que el acné es el segundo problema de la piel con mayor impacto en la calidad de vida de las personas y, a su vez, se trata del primer motivo de consulta a los y las especialistas en dermatología. También, indican que el 35 por ciento de las personas que tiene esta patología se siente estresado, el 32 por ciento expresa enojo y el 50 por ciento se aísla socialmente.
Desde el laboratorio dermatológico, la médica especializada en pacientes con acné, Mónica Noguera, asegura que esta enfermedad “no solo produce cambios a nivel físico, sino que también produce cicatrices; y no solo las visibles, también cicatrices psíquicas. Es sumamente frecuente, de hecho casi la mitad de los pacientes que padecen acné tienen algún trastorno en su estado de ánimo”.
Cómo se genera
La causa principal del acné es hormonal: los órganos sexuales (testículos y ovarios) producen unas hormonas llamadas andrógenos. Cuando estas sufren un desequilibrio, impulsan (junto con otros factores, como la exposición al sol) a las glándulas sebáceas –encargadas de lubricar y proteger la piel– a funcionar de manera excesiva. De esta manera, se producen grandes cantidades de sebo (grasa) que obstruyen los poros de la piel y surge así el acné.
De todas maneras, existen otras causas que contribuyen al desarrollo de esta patología, como la genética, la exposición a los rayos ultravioletas, la contaminación, la dieta y el estrés. Además, si bien el acné afecta principalmente a los y las adolescentes durante la pubertad, según la Asociación Argentina de Dermatología (AAD), se puede presentar durante el período neonatal, la infancia, la adolescencia y la adultez. Asimismo, las personas menstruantes pueden sufrir acné durante su ciclo.
Esta asociación explica que los signos que dan cuenta de la aparición de esta patología son la presencia de piel grasosa o húmeda, puntos negros y blancos, algunas lesiones con pus, nódulos dolorosos y cicatrices. Pueden afectar frente, nariz, mejillas, barbilla, hombros, pecho o espalda.
Un problema de adultos
Desde Roche-Posay sostienen que el acné en adultos “es la norma, más que la excepción”, aunque afecta zonas distintas que a los adolescentes. Mientras que las lesiones en los últimos se presentan en la zona T de la cara (es decir, frente, nariz y mentón), en las mujeres adultas aparecen en la parte inferior del rostro y las heridas son muy inflamatorias y endurecidas aunque las cicatrices son mínimas. En ocasiones, según el laboratorio, esto se debe al uso de productos no adecuados para la piel.
La AAD indica que “la higiene del rostro y el protector solar son mandatorio” y que, ante su aparición, las personas deben consultar a un profesional para realizar un tratamiento.