Comunicación no verbal: el idioma de los cuerpos en su máxima expresión

Claves y secretos del lenguaje corporal y los novedosos aportes de esta ciencia para la comunicación humana. Miradas, sonrisas y posturas.

La comunicación no verbal permite no solo identificar mentiras, sino aproximarse a las emociones de las personas
La comunicación no verbal permite no solo identificar mentiras, sino aproximarse a las emociones de las personas. Crédito: Cristian Salomoni.

¿Puede el cuerpo revelar más de las personas que sus propias palabras? ¿Hay gestos que delatan la mentira? ¿Es posible saber que alguien está incómodo o molesto con solo mirarle la cara? ¿Vale más un gesto que mil palabras? Estas y otras tantas preguntas son las que se hace la comunicación no verbal, una disciplina que estudia el conjunto de estos elementos y que engloba todos los signos y sistemas de signos no lingüísticos que comunican o se utilizan para comunicar.

Aunque es habitual dar por sentado que la comunicación humana se produce gracias al lenguaje verbal, se trata de una actividad sociocultural de gran complejidad que requiere del uso de signos de varios sistemas, lingüísticos y no lingüísticos.

En diálogo con la Agencia de noticias científicas de la UNQ, Hugo Lescano, director del Laboratorio de Investigación en Comunicación No Verbal y consultor de la OEA en Comunicación No Verbal y Negociación, lo explica así: “La comunicación no verbal abarca no solo los gestos y las posturas de las personas, si no también sus movimientos con las extremidades, su kinesia, la aproximación y la distancia que la persona elige para hablar con otra persona y también los colores, los tatuajes, accesorios, su manera de peinarse o las cosas que tiene apoyada en el escritorio, por ejemplo”.

En ese sentido, los gestos, las posturas, las miradas, los tonos de voz y otros signos y señales no verbales constituyen un lenguaje complementario al de las palabras, con el que el ser humano se comunica de forma constante.

Los sistemas de comunicación no verbal 

La comunicación kinésica y proxémica, junto a la paralingüística, conforman lo que se denomina lenguaje no verbal. ¿Qué abarca cada una? La paralingüística se trata de la más cercana a la comunicación oral y engloba los aspectos no semánticos del lenguaje, como el tono de la voz, el ritmo, el volumen, el timbre. “En la comunicación no verbal es clave el paralenguaje, es decir, el tono, el ritmo, las pausas, la velocidad de las palabras. No solo lo que está diciendo sino cómo lo está diciendo”, comenta el experto.

La kinésica se refiere a aquella información que se ofrece a través de los mensajes corporales no verbales. Los movimientos con el cuerpo y las posturas, principalmente ejecutados con los brazos, las manos y la cabeza, pueden expresar infinidad de emociones y sensaciones.  En esa línea, se sabe que todas las personas pueden emitir hasta mil expresiones diferentes con su cara, según las combinaciones que se realicen de siete emociones principales definidas por Paul Ekman en su obra Emotion in the human Faces: enfado, desprecio, asco, miedo, felicidad, tristeza y sorpresa. De esta manera, en función de su expresión, se puede averiguar, antes de que hable, si una persona trae una buena o una mala noticia.

Entre miradas y sonrisas

El brillo de los ojos, el movimiento de los globos oculares o la dilatación de la pupila aportan gran cantidad de información, muchas veces emitida y decodificada de forma inconsciente. Así, una mirada fija puede denotar interés por lo que se está diciendo, aunque si es demasiado persistente puede significar amenaza.

Según Ekman, por el lado de la sonrisa, aunque se asocia con la felicidad, lo cierto es que puede contener hasta 18 tipos de emociones diferentes, como desprecio, ironía y resignación. Así, una sonrisa que no va acompañada por el resto de gestos faciales asociados a la felicidad hacen que esta sea falsa o forzada.

El contacto físico también tiene mucho que aportar como parte de la comunicación kinésica. Una palmada en el hombro, los cambios de presión del contacto, un contacto corporal largo o un apretón de manos constituyen un gran canal de información. Por ejemplo, una mano floja puede transmitir apatía o falta de proactividad, pero un apretón excesivamente fuerte, por el contrario, puede denotar impulsividad y ausencia de control. 

Tomar distancia

Al igual que la comunicación kinésica, la proxémica también dispone de varias categorías. Se trata de las diferentes distancias que pueden darse. Por ejemplo, la distancia íntima se refiere a la separación que se mantiene en círculos íntimos, como puede ser con amigos muy cercanos o familiares. En este caso, la distancia oscila entre 0 y 45 centímetros.

La distancia personal es aquella que se da entre personas que mantienen una relación de confianza, sin llegar a ser íntimos, como ocurre con un compañero de trabajo. En estas circunstancias, la separación va de los 45 centímetros a 1,20 metros.

La distancia social es otro nivel de proxémica habitual en el ámbito laboral y comprende la separación de entre 1,20 y 3,60 metros. Suele darse en relaciones de trabajo, sociales o comerciales. Y la distancia pública es la que se da en escenarios formales o en los que hay numerosas personas, y se amplía hasta los 7,50 metros.

Usos y apropiaciones 

Las investigaciones científicas revelan la importancia de la comunicación no hablada dentro de las interacciones humanas. Así, en el sector empresarial, dominar la kinésica y proxémica es muy importante para entablar relaciones con todos. “Podemos utilizarlas para fortalecer las técnicas de ventas, en el ámbito comercial, para que los vendedores sepan cuales son las emociones de los principales compradores”, detalla Lescano .

Y agrega que este tipo de comunicación también es útil en el ámbito de la seguridad. “ Las cámaras de seguridad de una empresa, de un casino, de un banco, o de una casa en particular, permiten conocer las maneras y los modos en que otras personas se mueven. De esta manera es posible identificar emociones e intenciones que pueden ser en algunos casos favorables y en otros no. Por ejemplo, en una casa de electrodomésticos, se pueden identificar ciertos marcadores en la postura corporal de una persona que viene con la intención de robar”.

Con todo, el estudio de esta ciencia aporta nuevas ideas acerca de la comunicación humana. Y, como concluye Lescano: “tiene un devenir en la investigación que es atrapante porque permite avanzar e identificar nuevos comportamientos, buscar sus significados e interpretar el idioma de los cuerpos, que es como cualquier otro”. 


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María Ximena Perez

Periodista, docente e investigadora. Doctora en Comunicación.