Esteban Ierardo: “La virtualidad puede funcionar como un sustituto del mundo real”

En su nuevo libro “Entre lo real y lo virtual. La red de las redes”, el filósofo reflexiona sobre cómo los nuevos avances tecnológicos afectan la vida cotidiana.

Esteban Ierardo es licenciado en Filosofía de la Universidad de Buenos Aires, escritor y docente. Créditos: Clarin
Esteban Ierardo es licenciado en Filosofía de la Universidad de Buenos Aires, escritor y docente. Créditos: Clarín

Las redes tienen sus beneficios, pero también sus peligros, por ejemplo, construyen burbujas informáticas, cierto aislamiento de la realidad y la multiplicación del odio”, dice Esteban Ierardo, licenciado en Filosofía de la UBA, que acaba de publicar su nuevo libro “Entre lo real y lo virtual. La red de las redes”, editado por Ediciones Continente. En diálogo con la Agencia de Noticias Científicas de la Universidad Nacional de Quilmes, el escritor y docente cuenta por qué su nueva publicación trata de un viaje intelectual y creativo a partir del pensamiento filosófico y la creación artística.

-¿Qué nos vamos a encontrar en este libro?

-Es un libro que analiza nuestra interacción con las redes sociales y propone un viaje intelectual y creativo hacia una dimensión de red mucho más grande. Las redes tienen sus beneficios, pero también sus peligros, por ejemplo, construyen burbujas informáticas, cierto aislamiento de la realidad y la multiplicación del odio. Hay que ir más allá y ver las otras redes que hay alrededor, como las que tenemos con la propia naturaleza o con otras personas en el mundo real.

-¿Cómo se embarca en ese viaje?

-Los primeros capítulos están dedicados a concientizar nuestra relación con el mundo de las redes, ver sus anomalías y beneficios, las conspiraciones, las fake news, o cómo el odio digital se traslada a la realidad. Después, propongo subir hacia otro concepto de redes que nos aporta el pensamiento filosófico y la creación artística, hasta llegar a un nivel donde la propia realidad es una gran red de redes. Así podemos mirar nuevamente nuestra interacción con las redes pero desde una perspectiva que nos permite relativizar y pensar que las redes son solo una parte de nuestras vidas y que podemos proyectarnos más allá, en una realidad mucho más grande

-¿Cómo se da el vínculo entre la multiplicidad de redes y la filosofía?

-La filosofía trata de pensar la totalidad, es decir, el humano, la sociedad, la naturaleza y el universo. En este sentido, todas esas partes que componen a la totalidad conforman una gran red.

-Si es una totalidad, el mundo real y virtual no pueden pensarse por separado.

-El mundo virtual es algo creado desde el real a partir de dispositivos tecnológicos, computadoras, algoritmos e inteligencia artificial, es una prolongación. En este sentido, el mundo virtual interactúa con el real al favorecerlo y hacer que estemos más conectados. Esa es la dimensión buena, pero la virtualidad también puede funcionar como una forma de sustituto.

 Frente al mundo cada vez mas encerrado en las llamadas redes, este libro explora otra forma de pensar, una visión integradora y amplia de la vida. Créditos: Ediciones Continente.
“Frente al mundo cada vez mas encerrado en las llamadas redes, este libro explora otra forma de pensar, una visión integradora y amplia de la vida”. Créditos: Ediciones Continente.

-¿Sustituto?

-Sí. Nos sumergimos en exceso en el mundo virtual y armamos vínculos como si fuera el real. Son dos espacios que no están divididos, pero existe cierta práctica que hace que el mundo virtual viva aislado o separado. Cuando nos refugiamos o buscamos escapar de nuestras angustias al conectar con el mundo virtual, ahí parece que este cobra vida propia y se separa.

-Esa “vida propia” que aparenta cobrar se nota aún más con la interacción con las noticias.

-Es evidente que el desarrollo tecnológico se ha convertido en una forma de legitimar la pérdida de la verdad verificable para ser reemplazada por fake news. Es decir, en el mundo virtual se legitimó que la verdad es lo que yo digo sin necesidad de pruebas. Frente a este hecho, hay dos posibilidades: ser absorbidos por la dinámica de multiplicar fake news y olvidarse de la importancia que tiene mantener la acepción de la realidad y de la verdad, o hacerse crítico respecto a las distorsiones y los excesos de las redes sociales.


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Luciana Mazzini Puga

Licenciada en Comunicación Social (UNQ).