Un nuevo estudio científico explica la aparición de “dobles” y podría ayudar a la identificación de personas a partir del material genético. Qué implica este fenómeno para la medicina legal y forense.
En una concurrida plaza de la ciudad de Buenos Aires, dos extraños avanzan sin saber que sus destinos están a punto de entrelazarse. Sus miradas se chocan y el tiempo parece congelarse. El asombro cede paso a sonrisas cómplices al descubrir que comparten una similitud física sorprendente. Sus rostros, espejos el uno del otro, muestran la misma forma de ojos, la curvatura idéntica de labios y nariz, y el mismo color y textura del cabello. El aire vibra con la electricidad del descubrimiento mientras se acercan, cautelosos y maravillados. Uno es Juan Gonzalez, argentino de 33 años. El otro es Gerad Bordiu, un francés de 40…Y son físicamente idénticos.
Este fenómeno fascinante de los “dobles”, cautivó a mentes inquisitivas durante siglos. Desde la mitología hasta la literatura gótica, el concepto sirvió como fuente inagotable de inspiración y reflexión sobre la dualidad humana. Sin embargo, hasta ahora, nunca había sido abordado desde el punto de vista científico.
Un reciente estudio liderado por Manel Esteller, director del Instituto de Investigación contra la Leucemia Josep Carreras, y profesor de Genética en la Universidad de Barcelona, demuestra por primera vez cuál es la causa de que se encuentren individuos idénticos en distintos lugares del mundo. En esa línea, arroja luz sobre este misterioso fenómeno, demostrando que la idea de compartir rasgos físicos y de personalidad con un doble no es simplemente un capricho de la fantasía.
“La aparición de “dobles” de una persona, como si fueran fotocopias, nunca había sido abordado desde el punto de vistas científico. Por eso nosotros recopilamos el mismo material biológico de estos individuos extremadamente parecidos (también llamados “look-alike” en inglés o “Doppelgänger” en alemán) para ver si encontrábamos una razón objetiva de su similitud”, ” explica Estelle, en un artículo publicado en la revista Cell Reports.
La metodología detrás del descubrimiento
El estudio se llevó a cabo reuniendo a individuos que compartieron notables similitudes físicas. “A través de un meticuloso análisis genético, se examinaron sus secuencias de ADN, perfiles epigenéticos y composición microbiana. Además, estos individuos fueron sometidos a un escrutinio facial y se les realizó un extenso cuestionario sobre aspectos físicos y de comportamiento, incluyendo hábitos como el consumo de tabaco y la inteligencia”, detalla.
Los resultados revelaron que estos individuos con parecidos destacados compartieron variaciones específicas en su ADN, particularmente en genes relacionados con la formación de rasgos faciales. Este descubrimiento sugiere una base genética para los parecidos físicos que van más allá de la casualidad y la mera coincidencia.
Implicaciones y futuras Investigaciones
La implicación más fascinante de este estudio radica en su capacidad para abrir nuevas vías de investigación y aplicaciones. La posibilidad de reconstruir la cara de una persona desconocida a partir de una simple muestra de ADN podría revolucionar la medicina forense y la criminalística, enfrentándose a uno de los mayores desafíos en estos campos.
Con todo, la posibilidad de compartir no solo rasgos físicos, sino también de personalidad, con individuos desconocidos en todo el mundo invita a reflexionar sobre la identidad y la interconexión genética que une a la humanidad. Este descubrimiento, más allá de los parecidos faciales, podría tener un profundo impacto en campos que van desde la justicia forense hasta la comprensión de lo que hace únicos en un mundo genéticamente interconectado.
