La otra fuga de cerebros: cada vez más docentes se alejan de las universidades públicas

La pérdida salarial, que se estima entre 40 y 50 puntos, los obliga a optar por empresas o instituciones privadas, y sueldos que le permitan llegar a fin de mes.

Una mujer sostiene un cartel que advierte que la Universidad Pública está en peligro. Créditos: Eitan Abramovich / AFP Photo.
Una mujer sostiene un cartel que advierte que la Universidad Pública está en peligro. Créditos: Eitan Abramovich / AFP Photo.

Además de los graduados e investigadores que salen del país ante la falta de oportunidades y los recortes que hay en los organismos científicos y tecnológicos a nivel nacional, ahora se suma otra fuga de cerebros: la de los docentes. Con salarios que no alcanzan a cubrir la canasta básica, cada vez más profesores se alejan de las universidades públicas e ingresan a trabajar a empresas o universidades privadas, donde el sueldo sí les permite llegar a fin de mes. La vocación y el prestigio de dar clases en las universidades públicas no son suficientes frente a un contexto adverso. ¿Quiénes dictarán las clases si los mejores profesionales deben buscar nuevos rumbos para tener un salario acorde a trabajo y a su trayectoria? ¿De qué manera se verá afectada la calidad de las universidades públicas, que en el país lideran todos los rankings de educación?

“Llegué a ser docente en dos universidades públicas y una privada al mismo tiempo. En términos reales, una materia de cuatro horas semanales en la privada sacaba cerca de 150 mil pesos más bonificaciones en torno al presentismo, antigüedad y otras variables. En cambio, en la pública cobraba 120 mil por seis horas semanales. Antes quizás no era tanta la diferencia en términos nominales, pero un salario se quedó congelado y el otro se sigue actualizando. Entonces, ahora sí se nota mucho”, cuenta Nicolás Salvoni, quien hace poco renunció a sus trabajos en las instituciones nacionales y volcó toda su actividad como profesor a una institución privada, en diálogo con la Agencia de Noticias Científicas de la Universidad Nacional de Quilmes.

En esta línea, en los últimos días, una publicación en redes sociales de Sebastián Uchitel (uno de los máximos referentes argentinos en computación que trabaja como docente en la UBA) con más de 80 mil reproducciones da cuenta de la magnitud del problema para los profesores: “Un Jefe de Trabajos Prácticos, tiempo completo, Licenciado en Computación, terminando su doctorado: De Nov 2023 a Julio 2024 tuvo un aumento del 86 por ciento contra una inflación del 160 por ciento. Cobra en mano 737 mil, menos que sus propios alumnos que trabajan en la industria del software”, afirmó en X, con las fotos de los recibos de sueldo.

En este contexto, el segundo cuatrimestre que debía arrancar el 12 de agosto no empezó debido al paro de 72 horas que se realizó lunes, martes y miércoles por parte de los docentes y no docentes de las universidades nacionales. A su vez, el 20 y el 21 de agosto se llevará a cabo otra jornada de protesta de 48 horas del Frente Sindical de Universidades Nacionales. En esta línea, se espera una nueva reunión gremial donde se evaluarán los pasos a seguir. Mientras tanto, las propuestas del gobierno hasta el momento son aumentos del 3 y el 2 por ciento para agosto y septiembre. A su vez, desde Capital Humano afirmaron que las paritarias docentes “avanzan” y que se busca acercar las diferencias.

Atentado contra la calidad

La situación salarial de los docentes universitarios los empuja a buscar otros empleos como complemento o bien su salida directa hacia empresas o instituciones educativas privadas. Ante una fuga de cerebros que comienza a hacerse evidente, la pregunta es quiénes enseñarán en las instituciones públicas y de qué manera se sostendrá la calidad de la enseñanza si las personas más capacitadas deben tomar otros rumbos o dedicarle menos tiempo a las clases.

“Conozco gente que se pasó a la privada justamente para complementar el atraso en salarios que tuvimos en la pública. Además, tengo amigos que están en empresas, enseñan en universidades nacionales y cambiaron su orden de prioridad. Antes le dedicaban más tiempo a la enseñanza, pero ahora deben dedicarle más tiempo al sector privado”, afirma Salvoni.

Uno de los que se expresó en este aspecto fue Emiliano Yacobitti, vicerrector de la UBA, quien afirmó que no está en peligro el cierre de las universidades públicas, pero sí está en riesgo la calidad. “Hoy es muy difícil pedirle a alguien que le sube el colectivo, le sube el colegio, le sube todo lo que tiene que pagar. Cuando vos hacés un ajuste como el que se hizo ahora que en los últimos ocho meses perdiste arriba del 40 por ciento del poder adquisitivo de un salario que ya era bajo, lo que estás haciendo es atentando contra la calidad de algo”, sostuvo en diálogo con FM Milenium.

“Lo que pasará es que los profesores que tengan la posibilidad de dar clases en privadas o de irse a empresas, lo harán. Lo peor es que hay gente que por vocación estaba en la docencia y que no quería ir al sector privado, pero no le queda opción. Cuando los mejores docentes se inserten en instituciones o en empresas privadas porque no quieren resignar salario, terminarán cuadros menos formados parándose frente a los alumnos de las universidades públicas, cosa que hasta hace poco no pasaba”, reflexiona Salvoni, cuyo caso es una muestra entre tantas.

Una solución posible

La Cámara de Diputados dio media sanción al proyecto de actualización de gastos de funcionamiento, salarios y becas estudiantiles. Entre las propuestas que se pusieron en consideración, la triunfante fue la de la Unión Cívica Radical, que contó con modificaciones de Unión Por la Patria.

En su artículo 2, el texto aprobado dice que ‘’El Poder Ejecutivo deberá actualizar las partidas presupuestarias del año 2024 a fin de garantizar el financiamiento de las Universidades Nacionales”. Además de los gastos de funcionamiento y las becas, que deberán ser actualizadas de acuerdo a las estadísticas del índice general de precios al consumidor informado por el INDEC, los salarios docentes y no docentes deberán recomponerse de acuerdo a la inflación.

En este sentido, el objetivo de la Ley es que los salarios se recompongan y recuperen lo perdido desde diciembre de 2023 hasta el 31 de diciembre de 2024. Entre otras entidades, el Consejo Interuniversitario Nacional (CIN) expresó su satisfacción por la media sanción del proyecto y dijo en un comunicado: “Necesitamos revertir con celeridad la angustiante situación salarial que atraviesan docentes y nodocentes de las universidades, y recuperar la normalidad en el desarrollo de nuestras actividades, para que la universidad siga aportando a un país que, por sus problemas, necesita mucho de ella”.

Además del posicionamiento público del CIN y de la UBA con videos y declaraciones que hizo su vicerrector, hubo otra universidad que dialogó con las autoridades nacionales de Educación tras la media sanción del proyecto. Martín López Armengol, presidente de la UNLP, se reunió el viernes por la tarde con Carlos Torrendell y Alejandro Álvarez.

Ese mismo viernes por la tarde, quien se sumó al debate de forma indirecta fue Victoria Villarruel. A través de su cuenta de X, la vicepresidenta publicó un mensaje el viernes 16 por la tarde con imágenes de su título de Técnica en Seguridad Urbana y Portuaria de la Universidad Tecnológica Nacional, donde se recibió a fines de 2015. “Gracias a la UTN BA por formarme como profesional de la Seguridad y haberme albergado en sus aulas. Orgullosa egresada de la universidad pública”.

Pienso, luego veto

Por parte del Poder Ejecutivo, quien sí se pronunció fue Manuel Adorni. En su habitual conferencia de prensa, el vocero presidencial puso paños fríos a la tensión, aunque no descartó un posible veto. “Del Poder Legislativo somos respetuosos. En el caso del tema del presupuesto universitario le falta su promulgación definitiva. Lo cierto es que nosotros siempre lo hemos destacado acá que hemos incrementado los gastos de funcionamiento, siempre estuvimos abiertos al diálogo y jamás estuvo en riesgo la educación pública, menos aún las universidades”, explicó.

Aunque sostuvo que el veto todavía no está agenda porque el proyecto no tuvo sanción definitiva –se espera que pueda ser tratado en Senadores a la brevedad–, Adorni advirtió: “El presidente lo dijo, todo lo que tenga intención de destruir el equilibrio de las cuentas públicas, se van a usar todas las herramientas para evitarlo”. Y agregó que “como premisa, (Milei) tiene en claro que todo lo que vaya con destruir el equilibrio en las cuentas será analizado su veto”.


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Nicolás Retamar

Redactor. Docente y licenciado en Comunicación Social.