Una apuesta para compartir la producción y difusión del conocimiento de la historia
A cuarenta años de la reapertura democrática, se realizará en la UNQ el primer Congreso Internacional de Historia Pública y Divulgación. Será del 22 al 24 de mayo.
La historia es un bien público. Y la pregunta por la historia se da desde los comienzos de la humanidad. Pero ¿qué es la historia pública? Podría decirse que es un marco de posibilidades y relaciones cuyo principal objetivo es democratizar la producción y difusión del conocimiento histórico; una apuesta por acercar a distintas ciudadanías a crear de manera mancomunada diversas narrativas históricas posibles. En esa línea, ¿cómo hacer de la historia una disciplina más accesible, democrática y cercana al público? ¿Cómo diseñar estrategias investigativas, narrativas y creativas que permitan plantear, desarrollar y comunicar la investigación histórica con la participación de públicos amplios y diversos? Estos y otros interrogantes podrán ser respondidos durante el I Congreso Internacional Historia Pública y Divulgación, que se llevará a cabo en la Universidad Nacional de Quilmes, del 22 al 24 de mayo de 2023.
El encuentro convoca a la reflexión sobre la historia pública como punto de partida para debatir sobre cómo desde ámbitos académicos y no académicos se producen discursos sobre la historia, quiénes participan, qué formas toma, cómo circula y qué sentidos le otorgan amplios sectores de la sociedad. “La idea es que sea un lugar de encuentro, tanto de investigaciones académicas sobre lo que es la historia pública y la divulgación, como también un encuentro de experiencias, del hacer de la historia pública, del hacer historia en redes, del hacer historia con otros, en las comunidades, en los museos, desde el audiovisual y la fotografía”, explica a la Agencia de noticias científicas de la UNQ Alejandra Rodríguez, docente e investigadora de la Universidad Nacional de Quilmes (UNQ) y una de las organizadoras del encuentro. Y agrega: “Intentamos convocar un espacio amplio que nos permita pensar no sólo qué y cómo producimos sino también cómo lo comunicamos”.
Según la investigadora, el congreso buscará “valorizar experiencias que quizá no son estrictamente académicas pero que tienen que ver con la forma en que la historia se instituye en la realidad”. En ese sentido, junto a su realización, se celebrará un festival abierto al público, en el que se darán cita artes y disciplinas que aportan a la construcción social de la conciencia histórica. “El espíritu es que sea un lugar de encuentro. Por eso pensamos no solo las clásicas mesas de trabajo, conferencias, mesas redondas, sino también un festival, llamado la historia es un bien público”.
Con participación ciudadana
Este año se cumplen 40 años de la recuperación y consolidación de la democracia en Argentina. En ese sentido, el congreso será, también, un lugar donde especialistas, analistas y estudiosos podrán aportar sus conocimientos para comprender y pensar la realidad nacional, a través de múltiples recortes, enfoques y miradas que entrarán en diálogo con afinidades y diferencias, para dar cuenta de la especificidad nacional. “Cumplimos 40 años de democracia, y es una fecha oportuna para reflexionar sobre eso, sobre lo que cambió en estos años, lo que logramos, los nuevos derechos que obtuvimos”, enfatiza la docente.
En esa sintonía, el encuentro apostará por la producción y difusión de conocimiento y del quehacer histórico por vía colaborativa entre profesionales de las ciencias sociales y una ciudadanía cada vez más interesada en su pasado y su presente. Por eso, Rodríguez asegura que “no solo se tratará de comunicar lo que sabemos, sino también de ser facilitadores, de ir construyendo narrativas con comunidades diversas. Que los que no provienen del campo se sientan incluidos y no solo pensados como meros destinatarios”.
Abordar el campo desde sus múltiples propuestas, dilemas y posibilidades plantea retos importantes que, desde el congreso organizado por la UNQ, serán una posibilidad, un debate abierto y una provocación para discutir la historia pública en sus múltiples dilemas y posibilidades. Porque, como concluye Rodríguez, “la historia pública es una forma de hacer con el otro. Nosotros apostamos a eso, y a recuperar todas esas formas en que se instituye la historia en lo social”.