Risas que curan: ¿por qué los payasos son fundamentales en los hospitales?

Alegría Intensiva es una ONG que busca transformar la realidad hospitalaria a través del clown y otras artes escénicas. Animarse a jugar con las infancias, incluso, cuando la realidad no es la deseada.

El staff de "Alegría Intensiva" está formado por artistas profesionales preparados emocionalmente para las situaciones de hospital. Créditos: Alegría Intensiva.
El staff de “Alegría Intensiva” está formado por artistas profesionales preparados emocionalmente para las situaciones de hospital. Créditos: Alegría Intensiva.

“En momentos duros, como cuando un niño está a punto fallecer, podía darme cuenta de que todo el mundo estaba muy serio. Me acercaba a la persona en cuestión y le preguntaba: ‘¿Quieres que esto sea más divertido?’. Y hacía una especie de coro. Y, por supuesto, la persona enferma acababa riéndose”, cuenta Patch Adams en una entrevista a la iniciativa “Aprendemos juntos” de BBVA. 

Patch Adams es conocido por ser el primer médico payaso, padre de la “risoterapia” y fundador del Instituto “Gesundheit!”. En su sitio web, el estadounidense se define a sí mismo como “médico, pero sobre todo me considero un activista por la paz, la justicia y el cuidado de todas las personas”. Desde su juventud tuvo un objetivo: revolucionar el sistema médico, cambiar la apatía y distancia que ponen los profesionales por la compasión y el amor.

En este sentido, uno de los caminos que encontró Adams para llevar adelante esta revolución amorosa es vestirse de payaso y visitar hospitales para llevar la risa a los pacientes y sus familias. Y, claro, abrió puertas para que este acto de generosidad y compasión se replique en distintas partes del mundo.

Alegría intensiva

En Argentina, uno de los grupos más conocidos que conjuga la medicina con el clown es Alegría intensiva, una ONG que busca mejorar la experiencia de los niños y niñas internados a través del arte. El ámbito hospitalario suele ser un lugar poco agradable y más aún si pensamos en las niñeces. Los más pequeños y las más pequeñas tienen la necesidad de jugar y explotar su creatividad, algo que no es compatible con las paredes blancas y las máquinas de los hospitales.

En este marco, Alegría intensiva hace que los hospitales sean, en línea con lo que plantea Patch Adams, lugares amables y de compasión. Cuando los payasos ingresan, los salones se inundan de amor y gracia, y la sonrisa aparece en los rostros de los niños y familiares. En otras palabras, su arte rompe con la rutina hospitalaria y hace de un ambiente hostil un lugar más distendido.

¿Cómo hacen para que se pueda transformar esa realidad tan frágil? Los payasos se dividen en parejas y cada una asiste de manera sistemática a un mismo hospital de marzo a diciembre. Realizan performances al lado de la cama de cada paciente, en salas comunes de espera y en áreas más críticas como la Unidad de Terapia Intensiva pediátrica. 

“En las salas de espera, la performance es más parecida al arte callejero porque es expansiva y para todos, pero en las salas de internación trabajamos al pie de la cama de cada paciente. La idea es mejorar la calidad de la internación, siempre respetando los protocolos de bioseguridad que nos ponen los hospitales”, explica a la Agencia de Noticias Científicas de la UNQ Andrés Kogan, director ejecutivo de Alegría Intensiva.

Jugar en el lugar menos pensado

La performance se basa en la técnica del clown (payaso) y lo combina con otras artes escénicas y musicales. Los artistas son personas que están preparadas emocionalmente para enfrentar situaciones tan complejas como las que se presentan en los hospitales y con un alto grado de sufrimiento.

En ese sentido, Kogan cuenta: “Los niños se encuentran en una situación atípica. Están lejos de sus amigos, de sus juguetes, de la escuela, de sus hermanos y, a veces, de alguno de sus padres. Es algo desgarrador y disruptivo pero cuando ven que ingresan dos payasos, vestidos con guardapolvo blanco pero que no tienen aspecto de médico, y que los están invitando a jugar, algo se destraba y comienza a moverse en positivo”.

Por su parte, Irene Sexer, directora artística de Alegría Intensiva, detalla a la Agencia: “Los niños y las niñas no pierden la capacidad de jugar, y el clown es la máscara que te conecta directamente con su juego. En ese momento los y las niñas manejan un mismo lenguaje con los artistas, no importa el diagnóstico”.

Además, Sexer afirma que “el clown transforma la realidad”. “Mediante el juego creas mil realidades distintas que te hace salir de una que, en ese momento, no está siendo ni la elegida ni la más agradable”, subraya la artista. Y define: “El arte, en cualquiera de sus vertientes, da color y embellece la vida”. De hecho, se suele decir que el arte sana y, en ocasiones, salva. Y en un mundo donde falta amor y sobra violencia, la risa y el juego es una gran ayuda para sobrellevar hasta las situaciones más adversas. 

Alegría Intensiva posee centros de formación de clown en hospitales para aquellas personas que quieran desarrollarse artísticamente y realizar prácticas. Recientemente, la ONG abrió paso para un nuevo centro de formación en La Plata y ya se encuentra abierta la inscripción para las personas interesadas. Las clases se dictarán los lunes de 19.30 a 22 horas en el Centro Cultural Cunumi (para más información, hace click aquí).


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Luciana Mazzini Puga

Licenciada en Comunicación Social (UNQ).