Una buena excusa para reflexionar sobre la importancia del agua

Como cada 22 de marzo se celebra su Día Internacional, con el objetivo de debatir y generar propuestas en torno a paliar la crisis de un recurso vital.

Falta de agua. Créditos: El País.
Falta de agua. Créditos: El País.

Por Lía Gómez*

Desde 1993, Naciones Unidas creó el Día Internacional del Agua y, a partir de aquel momento, las acciones vinculadas a esta fecha se celebran en todos los rincones del planeta mediante diversas estrategias de comunicación y divulgación científica. La ciudad de La Plata no es la excepción y el próximo 22 de marzo, entre las 12 y las 16, se realizará la 4ta Feria del agua que tendrá en la Plaza San Martín. Organizada por el Instituto de Limnología del Conicet “Dr. Raúl A. Ringuelet” y el Proyecto Exploracuátic@s (ambos de la Universidad Nacional de La Plata) la propuesta se inscribe en la consigna de “acelerar el cambio” como juego lingüístico para comprometer a cada participante a  aportar su granito de arena para paliar la crisis del agua y el saneamiento.

La fecha busca concientizar sobre el cuidado del medioambiente y las consecuencias del cambio climático. Entre los propósitos de esta celebración se encuentran: la visibilización de las transformaciones de los ecosistemas acuáticos, la conciencia sobre el valor del agua en sus dimensiones económicas, culturales y vitales; y la sensibilización sobre la importancia de proteger el manejo del agua.

La ola de calor que afecta a todo el país trajo complicaciones ya conocidas como la falla del sistema de electricidad y agua en distintas regiones. En las grandes ciudades la falta de energía para cargar tanques y cisternas hizo que escaseen los bidones de agua potable de las góndolas de supermercados. Se tornó una imagen cotidiana ver camiones hidrantes casi como un aguatero del siglo XXI repartiendo en baldes y recipientes que los vecinos acercaban.  En zonas semi-rurales, las perforaciones debieron revisarse por la sequía de las napas. Se perdieron cosechas enteras, los pastos se volvieron amarillos y grisáceos. Aún no hemos visto las consecuencias de esta ola al rojo vivo, y revisar los usos resulta una tarea vital para los años por venir.

La narrativa poética permite otro tiempo de lectura y comprensión; el problema del agua para la humanidad lo requiere. Esta nota cierra con este relato de Eduardo Galeano publicado en 2012 en Los hijos de los días (Siglo XXI).  Invita a sentir el flujo de esa corriente cristalina en nuestra vida cotidiana.

De agua somos

Del agua brotó la vida. Los ríos son la sangre que nutre la tierra, y están hechas de agua las células que nos piensan, las lágrimas que nos lloran y la memoria que nos recuerda.

La memoria nos cuenta que los desiertos de hoy fueron los bosques de ayer, y que el mundo seco supo ser mundo mojado, en aquellos remotos tiempos en que el agua y la tierra eran de nadie y eran de todos.

¿Quién se quedó con el agua?

El mono que tenía el garrote. El mono desarmado murió de un garrotazo. Si no recuerdo mal, así comenzaba la película 2001, Odisea del espacio. Algún tiempo después, en el año 2009, una nave espacial descubrió que hay agua en la luna. La noticia apresuró los planes de conquista.

Pobre luna.

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*Coordinadora del Programa de Cultura de la UNQ.

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