Inauguran una muestra con materiales del conflicto bélico y otros objetos de los veteranos de Malvinas
Organizada por la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA, tendrá lugar en el Centro Cultural Paco Urondo desde el 11 al 28 de abril. Exhibirá también materiales construidos durante la postguerra para dar cuenta de sus consecuencias.
Los objetos guardan memorias y son evidencias de múltiples historias, incluso, de la guerra. Con esto en mente, el Equipo de Arqueología Memorias de Malvinas (EAMM) y el Instituto de Arqueología, ambas entidades de la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA, lanzan “Las cosas que perdieron (y salvaron) en el fuego”, una muestra de objetos pertenecientes a los veteranos de Malvinas. La inauguración tendrá lugar el 11 de abril a las 18 horas en el Centro Cultural Paco Urondo y contará con la presencia de seis excombatientes.
Declarada de interés cultural por la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires, la muestra contiene objetos del conflicto bélico de 1982, materiales recuperados en viajes posteriores por parte de los veteranos y otros que fueron construidos en la posguerra para dar cuenta de la experiencia de la batalla y sus consecuencias. En todos los casos, se trata de objetos que poseen voz e identidad y que transmiten memoria sobre una herida que aún no cicatriza.
“En un campo de batalla, los objetos son presencias y también ausencias. Uno piensa a quién pertenecía esa cosa o para qué habría servido. Por ejemplo, si ves una zapatilla, sabés que alguien estuvo allí o si te encontrás con una lata, la pregunta que surge es qué tendrá adentro”, ejemplifica Sebastián Avila, historiador doctorando en Arqueología de la Facultad de Filosofía y Letras (UBA) e iniciador del EAMM.
La exposición fue organizada por el EAMM, el Instituto de Arqueología, el Centro Cultural Universitario Paco Urondo y la Unidad de Publicaciones de la Facultad de Filosofía y Letras. Podrá visitarse desde el 11 hasta el 28 de abril y durante su inauguración estarán presentes los veteranos de Malvinas Mariano Justo, Hector Tessey, Gustavo Pedemonte, Marcos Guida, Eduardo Munitz y Mario Oshiro.
Un museo al aire libre
El proyecto inició en 2020 de la mano de Sebastián Ávila, que viajó a las Islas Malvinas y encontró lo que el veterano de Guerra Edgardo Esteban describió en 1999 como “un museo al aire libre”. En los campos de batalla había objetos de todo tipo, desde ponchos y zapatillas, hasta afustes de ametralladoras.
Consciente de los recuerdos que guardan los objetos, convocó a distintos arqueólogos, historiadores y comunicadores a indagar en estas historias a través de entrevistas a los veteranos de la guerra. Así nació el Equipo de Arqueología Memorias de Malvinas. No solo cuentan con objetos hallados en el suelo malvinense sino también con otros que están en manos de los propios soldados, como escritos que nunca habían sido publicados. Algunos fragmentos de las entrevistas son difundidos en sus redes sociales.
“Hay cientos de miles de entrevistas hechas a veteranos en las que se les pregunta sobre el frío y el hambre que pasaron. En este caso, los diálogos son distintos porque el objeto recrea memoria y evoca otros objetos perdidos“, cuenta Avila, y sigue: “Las preguntas a los excombatientes parten de que nos cuenten sobre esos materiales, qué historias tienen y esos mismos interrogantes disparan otras memorias que estaban resguardadas. Los mismos familiares nos han dicho que hay cosas que cuentan los excombatientes en las entrevistas que nunca las habían escuchado“.
Empatizar con otros combatientes
Además, el equipo lleva adelante junto al Centro de Salud Mental dependiente del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas un programa que convoca a veteranos a realizar tareas arqueológicas con potenciales fines terapéuticos. Se trata de la primera actividad que se hace de este tipo en América Latina.
Carlos Landa, arqueólogo de la UBA e integrante del EAMM, cuenta a la Agencia de noticias científicas de la UNQ: “Buscamos entender la arqueología como un práctica que puede tener fines terapéuticos. La idea es que los veteranos se pongan ‘en situación’, esto es, realizar actividades en las que tienen una misión y deben cumplir objetivos, tal como sucedía en la guerra. También, tenemos otra línea de trabajo en la que los excombatientes empatizan con otros sujetos históricos del siglo XIX”, desarrolla.
Y explica: “La Guerra de Malvinas fue la única internacional del siglo XX en la que estuvo Argentina, entonces buscamos que empaticen con los que lucharon en otras guerras en otros siglos. Por ejemplo, ya hicimos la experiencia de ir a donde tuvo lugar la Batalla de Pavón e hicimos tareas de arqueología, y uno de ellos encontró una bala y dijo ‘esto es peor que Malvinas porque esta bala iba dirigida a otro argentino“, recuerda Landa.
Estar en el lugar de los hechos
El Equipo de Arqueología Memoria de Malvinas fue invitado a viajar a Malvinas, en el marco de un proyecto más grande dirigido por la antropóloga argentina Rosana Guber que incluye varios nodos universitarios. El objetivo es realizar un mapeo terrestre en dos campos de batalla poco investigados en estos cuarenta años, el Monte Longdon y el Monte Tumbledown. “La idea es caminar y georreferenciar los objetos. En este proyecto podrán ir los veteranos, antropólogos, arqueólogos e historiadores y así podremos tener un conocimiento mucho más cabal de lo que fueron esas dos batallas, que fueron de las más cruentas y que, de alguna manera, definieron la suerte de la guerra en esos días”, detalla Ávila.