Los niveles del mar y los gases de efecto invernadero alcanzaron sus máximos históricos

Así lo afirma la Organización Meteorológica Mundial en el estudio sobre el clima de 2022. Además, destaca que los últimos ocho años fueron los más cálidos.

Muchas ciudades costeras quedarán bajo el agua si sigue el aumento del nivel del mar. Crédito: El Ágora
Muchas ciudades costeras quedarán bajo el agua si sigue el aumento del nivel del mar. Crédito: El Ágora

La Organización Meteorológica Mundial (OMM) publicó su informe anual sobre el estado del clima a nivel global. El documento destaca que la concentración de dióxido de carbono, metano y óxido nitroso –los tres principales gases de efecto invernadero– alcanzó el nivel más alto hasta la fecha. También, los datos sobre los océanos, el hielo de la Antártida y los glaciares son igual de desalentadores: el nivel del mar y el contenido de calor oceánico alcanzaron un nuevo máximo histórico, mientras que el deshielo se acelera a un ritmo vertiginoso. Además, el período comprendido entre 2015 y 2022 fue el más cálido desde 1850, fecha donde comenzaron los registros instrumentales.

“Las emisiones de gases de efecto invernadero no dejan de aumentar y el clima sigue cambiando, mientras que las poblaciones de todo el mundo continúan viéndose gravemente afectadas por fenómenos meteorológicos y climáticos extremos. Las sequías, las lluvias sin precedentes y las olas de calor provocaron inseguridad alimentaria, impulsaron migraciones masivas y ocasionaron pérdidas y daños por valor de miles de millones de dólares”, afirmó Petteri Taalas, secretario general de la OMM.

Por su parte, el secretario general de la ONU António Guterres declaró: “Tenemos los instrumentos, los conocimientos y las soluciones necesarias. Pero debemos actuar con mayor premura. Necesitamos acelerar la acción climática con reducciones más fuertes y rápidas de las emisiones a fin de limitar a 1,5 grados el aumento de la temperatura mundial”.

Clima caliente

La temperatura media mundial se situó 1.15 grados por encima de la media del período 1850-1900. Pese a tres años consecutivos de enfriamiento a causa de La Niña, el lapso de 2015 a 2022 fue el período más cálido del que se tenga registro.

Lo mismo sucede con los gases de efecto invernadero: en 2021 (último año del que se tienen valores precisos) alcanzaron los niveles más altos de la historia y se espera que sigan aumentando en las próximas evaluaciones. Lejos está el proceso de descarbonización y los deseos de cambiar la matriz productiva que reclaman desde diversas organizaciones.

Por su parte, la situación de los glaciares es alarmante. En el último año resignaron más de un metro de espesor, un deshielo mayor que el promedio de la última década. En este sentido, la pérdida acumulada desde 1970 es de casi 30 metros. A su vez, el hielo marino de la Antártida disminuyó en mínimos históricos. Así, la disminución total de hielo continental de los glaciares, Groenlandia y la Antártida causó el 36 por ciento del aumento del nivel medio del mar mundial. Por su lado, el calentamiento de los océanos a través de la expansión térmica contribuyó en un 55 por ciento.

En este sentido, el contenido de calor oceánico alcanzó un nuevo máximo histórico en 2022. Alrededor del 90 por ciento de la energía atrapada en el sistema climático por los gases de efecto invernadero acaba en los océanos, lo que atenúa el aumento de las temperaturas pero entraña riesgos para los ecosistemas marinos.   

Panorama preocupante

Todas las investigaciones que se hacen a nivel nacional e internacional coinciden en los efectos del cambio climático y sus consecuencias en múltiples dimensiones. Según destaca el equipo científico que elaboró el Informe, el cambio en el comportamiento del clima trajo múltiples consecuencias a lo largo de 2022.

Por ejemplo, la sequía histórica que hubo en África Oriental y las olas de calor registradas en sectores de Europa y Asia se tradujeron en miles de muertes, pérdidas millonarias de cultivos y aumento de las personas subalimentadas.

Se estima que cerca de 800 millones de personas sufren inseguridad alimentaria, donde la mitad se encuentra en Asia y un tercio en África. Esta situación, sumada a las inundaciones en países como Pakistan, provocó el desplazamiento de 10 millones de personas aproximadamente, sumadas a las 85 millones que ya se encontraban en esta situación a principios de año.

Pese a los esfuerzos y algunos ejemplos puntuales, los números siguen dando en rojo y todavía no hay luz al final del túnel. Por ahora, en lo único que coinciden es que, tal como está ahora la situación, las condiciones de vida seguirán empeorando.


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Nicolás Retamar

Redactor. Docente y licenciado en Comunicación Social.