¿Cómo impacta la “Ley Bases” en la ciencia y la tecnología argentina?

Si bien hay organismos que no se disolverán, sí podrían vaciarse y modificar sus funciones. “Es una puñalada directa al corazón del sistema científico nacional”, dice Valeria Levi, vicedecana de Exactas UBA.

Martín Menem dirige la sesión en Diputados. Créditos: Prensa HCDN.
Martín Menem dirige la sesión en Diputados. Créditos: Prensa HCDN.

La Cámara de Diputados aprobó la Ley de Bases y Puntos de Partida para la Libertad de los Argentinos. De esta manera, el nuevo proyecto enviado por el gobierno obtuvo su primer triunfo y ahora deberá pasar a la Cámara de Senadores. En los más de 220 artículos que tiene, la Ley Bases declara la emergencia energética, económica y financiera por un año. Además, le permite al presidente realizar una reforma del Estado que va desde la privatización de empresas estatales hasta la quita de derechos laborales. En este sentido, uno de los temas centrales es qué pasa con el sistema científico y tecnológico nacional, cuya realidad está marcada por los despidos y el desfinanciamiento. Si bien queda la instancia de la otra Cámara, aumenta la preocupación en torno al futuro de la ciencia y la tecnología como motor del desarrollo nacional. ¿Cuál es el horizonte de la producción de conocimiento frente a este nuevo panorama?

En esta línea, uno de los artículos más conflictivos es el 3, que le permite al Poder Ejecutivo Nacional “modificar o eliminar las competencias, funciones o responsabilidades dispuestas legalmente cuyo mantenimiento resulte innecesario”. Además, le brinda la posibilidad de transformar la estructura jurídica, centralizar, fusionar, o disolver distintos organismos descentralizados que incluyen al Conicet y a otras instituciones de ciencia y tecnología.

Es una puñalada directa al corazón del sistema científico argentino, que se mantuvo a lo largo de diversos gobiernos con distintos colores políticos. A pesar del prestigio internacional, de la carta de 68 premios Nobel advirtiendo que el daño que se está haciendo es irreversible y atenta contra el desarrollo del país, las y los diputados en su mayoría eligen la destrucción”, cuenta Valeria Levi, vicedecana de la Facultad de Ciencias Exactas de la UBA, en diálogo con la Agencia de Noticias Científicas de la Universidad Nacional de Quilmes.

Si bien el texto establece que el gobierno no podrá disolver organismos como Conicet, Anmat, Incaa, Enacom, Conae, Cnea e Inta, sí podrá realizar el resto de las acciones que transformen el funcionamiento y los objetivos de cada caso. Además, el proyecto de ley no incluyó en este listado a la Agencia Nacional de Promoción de la Investigación, el Desarrollo Tecnológico y la Innovación (Agencia I+D+i), al Instituto Nacional de Tecnología Industrial y el Banco Nacional de Datos Genéticos, entre otros que sí podrían eventualmente desaparecer.

En relación al Banco Nacional de Datos Genéticos, la Unión Cívica Radical pidió preservarlo ya que no aparece mencionado en el artículo 3. Aunque el vocero presidencial Manuel Adorni dijo que “no está en los planes del Gobierno ninguna medida o modificación”, quedan dudas sobre su continuidad.

Otro aspecto fundamental que también afecta a la Agencia I+D+i es el financiamiento. El artículo 5 de la Ley Bases autoriza al Poder Ejecutivo nacional a modificar, transformar, unificar, disolver o liquidar gran parte de los fondos fiduciarios públicos. En el caso de la Agencia, el fondo fiduciario le permite mantener su funcionamiento y otorgar subsidios para realizar investigaciones. Si se disuelve el fondo, se disuelve la razón de ser de la Agencia.

“De aprobarse, la Agencia dejaría de ser un sostén para la investigación y solo podrían investigar aquellos grupos que se financien con industrias o realicen servicios para el exterior, con lo que se perdería gran parte de la pertinencia de lo que se hace en el sistema”, detalla Mario Lozano, virólogo del Conicet y docente de la UNQ, ante la Agencia. El objetivo de este organismo es promover la investigación científica, la generación de conocimiento y la innovación productiva de la Argentina, para mejorar su perfil productivo y la calidad de vida de la población.

Sin embargo, a la Ley todavía le queda camino por recorrer y encuentra el diálogo y la resistencia de distintos sectores. Por el lado de las universidades, la ministra de Capital Humano Sandra Pettovello recibió el día lunes a Ricardo Gelpi, rector de la UBA, para conversar tras la masiva marcha de la semana pasada. A su vez, el día martes, Pettovello y el secretario de Educación Carlos Torrendell hicieron lo propio con miembros del Consejo Interuniversitario Nacional para acercar posiciones en torno al ajuste presupuestario que sufren las Casas de Altos Estudios. Por otro lado, los investigadores nucleados en Jóvenes Científicxs Precarizadxs convocaron a una asamblea en la Facultad de Ciencias Exactas de la UBA para delinear acciones a seguir en este contexto. Aunque la media sanción de Bases es un golpe para el sistema científico y tecnológico, todavía no está nada dicho.


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Nicolás Retamar

Redactor. Docente y licenciado en Comunicación Social.