Dengue: ¿de qué manera la falta de información puede confundir a la población?

Las dudas de la ciudadanía en torno a aspectos cruciales como la prevención y la inmunización de los niños y adultos mayores.

El uso de repelentes, el descacharro y mantener el césped corto son algunas de las medidas para prevenir el contagio de dengue. Créditos: El Ancasti.
El uso de repelentes, el descacharro y mantener el césped corto son algunas de las medidas para prevenir el contagio de dengue. Créditos: El Ancasti.

Se avecina una nueva temporada de dengue en Argentina y en la población puede advertirse confusión gracias a la escasez de información oficial en torno al dengue, la vacunación, las maneras de prevención o el accionar del mosquito. “En tiempos donde el gobierno nacional sale a debatir sin argumentos ni evidencias, inclusive con cifras falsas y confusas, se requiere de la participación activa de quienes somos especialistas del tema, sobre todo si venimos de la educación pública. También, la población en general tiene la responsabilidad de informarse en base a evidencias”, afirma Mario Lozano, virólogo del Conicet a la Agencia de Noticias Científicas.

De manera reciente se confirmó el primer caso de dengue autóctono en la provincia de Buenos Aires; la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT) aprobó el primer test nacional de antígeno para el diagnóstico de la enfermedad; y las diferentes jurisdicciones avanzan con la vacunación de grupos prioritarios o con técnicas para afrontar la epidemia. Sin embargo, las dudas abundan: falta información en torno a quiénes pueden acceder a las vacunas, cuál es el precio, cuántas dosis son, si es eficaz, si todos los mosquitos transmiten o cuál es el que lo hace, si alcanzan las medidas de prevención individuales o si todos deben realizarlas.

Lozano explica: “La vacuna que utilizamos demostró ser sumamente eficiente y muy segura. Atravesó todas las fases clínicas pasando por grupos de menos de cien personas, luego por un conjunto más amplio y por último por la tercera fase donde intervinieron decenas de miles de personas”. Y continúa: “Después de pasar las primeras fases y garantizar su seguridad, esta vacuna se probó en niños, niñas y adolescentes y ahí se vio de manera muy clara su eficiencia. Luego, se realizaron ensayos puentes en los jóvenes entre 18 y 60 años y ahora se están haciendo en mayores de sesenta”.

Los ensayos puentes consisten en vacunar a una población ya infectada y evaluar si los anticuerpos crecen en la misma proporción que con los niños. En el rango etario de 18-60 años, efectivamente sucede así y para los mayores de sesenta los datos preliminares sugieren que también se da de la misma forma. El científico destaca: “La vacuna está disponible para todas las personas y todos pueden vacunarse. Me refiero a los mayores y menores de sesenta, los niños, quienes tuvieron dengue y quienes no porque es eficiente en la protección según lo que se vio y se está viendo en los ensayos”. 

En el caso de aquellos que nunca se contagiaron o fueron asintomáticos, desarrolla Lozano, si se infectan con dengue en la nueva temporada son los que menos riesgo pueden tener ya que la enfermedad se da por etapas. Así, la primera infección puede ser asintomática, leve o más grave pero nunca lleva a la muerte, en cambio, cuando el contagio se da por segunda vez en otra temporada y con otro tipo de dengue (hay cuatro serotipos), hay un porcentaje de casos en el que se produce el dengue hemorrágico que es la forma más grave de la enfermedad y donde el índice de mortalidad es más elevado.

Es por esto que, particularmente, en Buenos Aires se decidió utilizar la vacuna que compró el Estado provincial para aquellos grupos que ya tuvieron la enfermedad o que pueden experimentar una mayor gravedad. “Esto no quiere decir que las otras personas no puedan vacunarse ni que la vacuna no funcione en el resto de la población. Pero, se protege con la poca disponibilidad de vacunas que hay a las personas que corren más riesgos”, afirma Lozano.

La información también puede prevenir

Me gustaría que haya más información como cuando fue la pandemia así sé qué hacer y no lo decido yo. Me siento muy perdida y no sé dónde buscar”, apunta Graciela (32), vecina de Wilde. Por su parte, Milagros (27), oriunda de Quilmes y que se vacunó esta temporada tras infectarse la anterior, asegura: “La prevención es más conocida, para mí tiene que haber más datos sobre la vacuna porque hay muchas dudas y uno termina confiando en lo que dicen otras personas pero tampoco sabemos de dónde saca esa información”. En el mismo sentido, Belén (32), vecina de Bernal, agrega: “Me gustaría que las vacunas sean gratuitas porque no todos podemos acceder. Claro que esto tiene que darse en un contexto que haya intervención del Estado, inversión económica y científica y, además, campañas de concientización a toda la población”.

Todo esto es posible si se potencian las campañas de información de las fuentes oficiales, como los gobiernos provinciales, las intendencias, los hospitales y también los medios de comunicación. A su vez, en línea con Lozano, ante la falta de una estrategia a nivel nacional, es indispensable que las personas se informen, consulten y lleven adelante acciones de prevención y vacunación (para quienes les resulte accesible) para evitar que la epidemia se vuelva mayor.

“No tuve mucha información hasta que me contagié en febrero de este año. Si bien me vacuné, no sé qué efectos tiene ni cuán efectiva es”, cuenta Milagros. Así como ella, Belén pone sus dudas sobre la mesa: “Como los estudios están avanzando todo el tiempo, es necesario que haya una campaña de información fuerte como la hubo con la covid para que uno sepa qué hacer. Por ejemplo, no sé si la vacuna la puedo adquirir en la farmacia y si me la dan sin ser uno de los grupos prioritarios que se nombran”.

Por su parte, Graciela relata: “Sé que hay que descacharrar y usar repelentes, aunque después desaparecen o están carísimos. Pero, por ejemplo, en la puerta de mi casa pasa un arroyo, ¿sirve de algo que elimine el agua de recipientes si el mosquito puede poner los huevos en el arroyo? ¿O qué pasa si descacharreo pero mi vecina no?”.

Lozano amplía la información y detalla: “El Aedes aegypti, responsable de transmitir el dengue, es un mosquito de hábitos. Pone sus huevos en agua estancada y limpia y si tiene paredes oscuras mejor para él. No suele ponerlos en arroyos pero sí en macetas, en los platitos de las macetas, en las piletas o en los recipientes donde le dejamos agua a las mascotas”.

Asimismo, la posibilidad de contraer dengue disminuye si las medidas de prevención son comunitarias. En otras palabras, es necesario que todos los vecinos de un barrio hagan el descacharreo, aunque si un vecino no lo hace pero el otro sí, ya se reduce la posibilidad de que haya dengue. “Estos mosquitos no viajan mucho durante toda su vida, sino que se mueven unos doscientos o trescientos metros. Por lo tanto, rara vez vamos a encontrar que algo que se haga en otro barrio tenga impacto en el nuestro. Lo que hay que garantizar es que la gente de nuestra cercanía haga el descacharreo”, aclara el investigador.

No hay mosquito infectado sin persona infectada

Otra de las dudas que surgió entre las personas entrevistadas fue la de “¿Qué sucede si el mosquito picó una persona infectada en el barrio y luego me pica a mí?” Lozano es claro: el Aedes Aegypti no nace con el virus sino que lo contrae al chuparle la sangre a una persona que sí lo tiene. De todas maneras, el contagio no es inmediato.

El mosquito incorpora el virus, lo madura durante unos cuatro o cinco días y llega a sus glándulas salivales. Es recién ahí cuando el insecto se vuelve infeccioso. Es decir, si el mosquito se contagió ayer y hoy pica a alguien, no lo va a contagiar todavía. Eso nos da un tiempo importante para tomar acciones al respecto, como la desinfección de la zona cercana al caso de contagio”, indica el virólogo. 


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Luciana Mazzini Puga

Licenciada en Comunicación Social (UNQ).