Cierra el verano en Tecnópolis y la UNQ dice presente con la cocina molecular

La Universidad ofrece al público talleres, tragos y helados. Una vidriera en el parque de ciencia, tecnología y cultura más grande de América Latina.

Muchas personas se acercan a la barra de cocina molecular para chusmear y comprarse algo. Créditos: Cocina molecular UNQ
Muchas personas se acercan a la barra de cocina molecular para observar y comprarse algo. Créditos: Cocina molecular UNQ

Del 3 al 5 de marzo se llevará a cabo el último fin de semana de Verano en Tecnópolis. Con cientos de propuestas artísticas, científicas y tecnológicas, culmina una nueva edición del evento que congrega a cientos de miles de personas. La temporada, que fue inaugurada en febrero con la presencia de Alberto Fernández, ofrece diferentes actividades y stands entre los que se destaca el de la Universidad Nacional de Quilmes con la experiencia de la cocina molecular. Docentes, graduados, estudiantes y no docentes acercaron al público una forma distinta de conectarse con la ciencia y la tecnología, apto tanto para adultos como para chicos mediante talleres, venta de tragos y helados.

Tecnópolis es un espacio muy importante porque no solo visibiliza la ciencia que hacemos, sino que también mostramos que se construye en equipo. Es un orgullo estar participando de estas jornadas en un evento tan masivo y tan representativo para toda la comunidad de la UNQ”, destaca Alejandra Zinni, vicerrectora de la Universidad, en diálogo con la Agencia de Noticias Científicas de la UNQ.

Divulgación para todo público

A diferencia de otros eventos y participaciones que tuvo el grupo de cocina molecular a partir de su fundación en el año 2014, Tecnópolis representó un desafío por la masividad del evento que, solo durante los feriados de carnaval, recibió a más de 150 mil personas.

“No sabíamos con qué nos íbamos a encontrar porque las familias están paseando y de repente se encuentran con una barra donde hay humo, tubos de ensayo y preparaciones con técnicas de laboratorio, algo que causa mucha curiosidad”, cuenta Anahí Cuellas, docente investigadora de la UNQ, ideóloga de la propuesta.

Además de la barra donde realizan tragos y helados, que se venden a un precio accesible, la UNQ realiza dos talleres diarios gratuitos en diferentes horarios para niños y niñas donde explican lo que se hace, invitan a participar de la preparación, degustación y promueven el aprendizaje a través del juego.

Nacional y popular

Estar en Tecnópolis es acercar la ciencia a mucha gente que quizás la ven como algo ajeno, que no les corresponde. En este sentido, Cuellas destaca que la recepción de quienes visitan el stand es maravillosa: “Es la oportunidad para un montón de personas de descubrir que la ciencia también está en la cocina. Incentivamos y rompemos esa barrera de que la ciencia se hace en un laboratorio y es algo exclusivo para cierto sector social”.

Ser parte de este mega evento es una posibilidad para mostrar a un público más amplio algo de lo que se hace en la Universidad. “Se trata de un espacio nacional y popular donde no importa tu estudio o clase social. Entonces, eso nos da la posibilidad de comunicar de forma científica algunos conceptos”, agrega una de las ideólogas de la cocina molecular.

Un niño y una niña experimentan en uno de los talleres dictados en el stand. Créditos: Cocina Molecular UNQ
Un niño y una niña experimentan en uno de los talleres dictados en el stand. Créditos: Cocina Molecular UNQ

Oportunidad única

Para la UNQ significó la chance de ser parte de un evento masivo, algo que no había vivenciado hasta el momento. Además, es una de las pocas instituciones universitarias y científicas que participó de la temporada.

“No solamente es importante participar con el stand, el logo y la folletería de las carreras, sino también entender que la ciencia se puede trasmitir a partir de la cocina molecular, y que la Universidad y los saberes están en todos lados”, resalta Jorge Nuñez, otro de los impulsores del proyecto, en conversación con la Agencia.

“Me da mucha satisfacción que dispongamos de un espacio en Tecnópolis para poder contarle a la comunidad lo que hacemos como universidad pública del conurbano bonaerense. Estar presentes en un espacio tan importante y de tanta visibilidad es un motivo de orgullo”, sentencia la vicerrectora.  

La cocina del proyecto

La idea nació en los laboratorios de la UNQ con el objetivo de divulgar y popularizar la ciencia. En la barra de tragos se aplican recursos de cocina de vanguardia, como son las esferificaciones y los nitrogenados, tanto de líquidos como de alcoholes, para deconstruir o cambiar tragos habituales, como es el fernet con cola, el daiquiri o el mojito. Algunas de las técnicas que se ponen en juego y que el grupo de la UNQ utiliza son el batido, la gelificación, el aumento de viscosidad, la emulsificación y la cricocción.


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Nicolás Retamar

Redactor. Docente y licenciado en Comunicación Social.