Difícil pero no imposible: el gobierno busca crear dos millones de empleos dignos

El desempleo disminuye y aumenta el trabajo asalariado registrado. Cuál es el rol del Estado y los empresarios en la creación de trabajo de calidad.

Dos albañiles con barbijo trabajan a la intemperie en una obra en construcción.
Dos albañiles con barbijo trabajan a la intemperie en una obra en construcción. Créditos: José Gutierrez / Los Andes

El 29 de marzo se presentó el plan Argentina Productiva 2030, una política impulsada por el ministerio de Desarrollo Productivo de la Nación que busca producir más y generar más trabajo de un modo sostenible en el tiempo. El acto contó con la presencia, entre otros, de Alberto Fernández, Sergio Massa y Matías Kulfas, ministro de Desarrollo Productivo. El propósito del plan es crear más de dos millones de puestos de trabajo asalariados formales en el sector privado, sacar a nueve millones de personas de la pobreza y crear más de 100 mil empresas. Pensado de modo federal, Argentina Productiva 2030 prevé generar el 70 por ciento de los nuevos empleos formales fuera de Capital Federal y Gran Buenos Aires y alcanzar al menos el 50 por ciento de participación femenina en los nuevos trabajos generados. Además, buscará reducir la desigualdad y disminuir el impacto ambiental de las actividades productivas.

Compuesto por diez misiones productivas, la número ocho busca “modernizar y crear empleos de calidad en los sectores industriales tradicionales”. Su objetivo general es actualizar sectores de la industria manufacturera a partir de nuevas tecnologías, materiales, diseños y capacitaciones, para incrementar la productividad e impulsar la creación de trabajo registrado.

Fernando Porta, coordinador de la octava misión del plan y director del Doctorado en Desarrollo Económico de la Universidad Nacional de Quilmes, sostiene: “En la actualidad, las pequeñas y medianas empresas de los sectores industriales tradicionales trabajan en condiciones bastante precarizadas, con una elevada informalidad laboral y tienen estrategias defensivas de sobrevivencia. Esto repercute negativamente sobre sus posibilidades de crecimiento, sus chances de generación de empleo y en particular del tipo de empleo que tienden a generar”.

Porta resalta que estos sectores llamados tradicionales son industrias livianas con mucho arraigo en el país, fundamentales para el desarrollo territorial y abarcan un porcentaje muy importante del empleo industrial. Sin embargo, todavía persisten importantes núcleos de informalidad laboral. Las políticas que favorecieron la especulación económica y la desindustrialización durante la última dictadura, el menemismo y el macrismo, resultaron muy agresivas para el cuidado y la creación de empleo. Este tipo de empresas depende de marcos de protección muy amplios y tienen dificultades para acceder a financiamiento.

Aunque cada industria tiene su particularidad y no existe una solución única, sí hay un diagnóstico en común en torno a las dificultades que presentan: déficit de inversión y de empresarialidad, déficit en la gestión de los mercados, en la relación con los proveedores y prácticas abusivas en relación con la fuerza de trabajo.

La misión ocho de Argentina Productiva 2030 tiene una hoja de ruta concreta. Para incrementar la productividad de forma significativa, a través de la incorporación de buenas prácticas de manufactura, actualización del equipamiento, estrategias de negocios sustentables y trabajo en esquemas cooperativos con otras empresas similares, Porta propone una política que incluye mecanismos de asistencia técnica, financiamiento y generación de centros tecnológicos para modernizar estas industrias.

Un buen trabajo

Tener empleo no equivale a que este sea de calidad. Según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), un empleo de calidad debería ser productivo, al menos cubrir las necesidades básicas, elegido en libertad, equitativo, ofrecer protección contra accidentes, enfermedades, vejez y desempleo, permitir participación y capacitación, así como promover estándares internacionales y derechos fundamentales en el lugar de trabajo.

En Argentina, tener empleo no significa llegar a fin de mes. Según datos del Centro de Estudios Distributivos, Laborales y Sociales (Cedlas) de la Universidad Nacional de La Plata, más de un 30 por ciento de los trabajadores argentinos eran pobres en el primer semestre de 2021. Esto se explica a raíz de que los sectores de empleo que más recuperación tuvieron son aquellos que peores salarios tienen y terminan perdiendo contra la inflación.

Para Fernando Porta, no obstante, la creación de trabajo de calidad es posible: “Requiere de una acción coordinada, de usar buenos instrumentos de política industrial, generar la sensibilización y el consenso suficiente entre los empresarios para vencer prácticas que son abusivas, permanentemente defensivas y perjudiciales para el medio ambiente”.

Qué rol tienen los empresarios

La vicepresidenta Cristina Fernández se refirió al respecto en la apertura de la decimocuarta sesión plenaria de la Asamblea Parlamentaria Europea-Latinoamericana. “El sector privado durante la pandemia recibió todo tipo de ayuda: de carácter financiero, fiscal y crediticio. Sin embargo, ante esta otra tragedia que estamos viviendo hoy, el mercado nos contesta con que no importa, son mis ganancias, es mi rentabilidad y los demás que revienten”, sostuvo.

Porta advierte que, en la actualidad, las ganancias empresariales se fundan en detrimento de las condiciones de trabajo, prácticas perjudiciales para el ambiente, evasión fiscal o evasión previsional bajo distintos mecanismos. “De algún modo hay que vencer esa inercia y convertir en sujetos más activos a los empresarios que tienden a tener una actitud más bien de sobrevivencia. La situación de la industria liviana en las pequeñas y medianas empresas del país se ha deteriorado mucho y el modo de sostenerse no fue el modelo socialmente deseado”, destaca el coordinador de la octava misión de Argentina Productiva 2030 y referente en el área de la UNQ.

Las cifras de la recuperación

Los indicadores económicos en torno a la generación de empleo crecen mes a mes. Según datos del Sistema Integrado Previsional Argentino (SIPA), en enero de 2022 se incorporaron 29 mil personas al empleo asalariado registrado. Desde el inicio de 2021 al comienzo de 2022, se crearon 210 mil puestos de trabajo formales en el sector privado. El ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad social resalta que, pandemia mediante, se superó el nivel de empleo que había dejado el gobierno de Mauricio Macri a fines de 2019.

Por su parte, se registraron 12,4 millones de personas con trabajo en el sistema de seguridad social, incluyendo empleo asalariado público y privado, el trabajo autónomo y el monotributista. De acuerdo a los últimos resultados de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH), donde se analizan y se obtienen datos a partir de 31 aglomerados urbanos en todo el país, la población ocupada total alcanzó los 12,6 millones. Esto significa que en el cuarto trimestre de 2021 más de un millón de personas se reincorporaron al empleo con respecto al año anterior. A su vez, la tasa de desempleo se redujo cuatro puntos hasta alcanzar el siete por ciento a fin del año pasado, lo que significa que cerca de un millón de personas sin ocupación buscan trabajo activamente y están disponibles para trabajar.


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Nicolás Retamar

Redactor. Docente y licenciado en Comunicación Social.