¿Son los feminismos y las diversidades los responsables del gobierno de Javier Milei?
Un sector del progresismo plantea que el triunfo de la ultraderecha surge como respuesta a la conquista de derechos humanos realizada por estos movimientos. Voces consultadas discuten una lectura que consideran “lineal”.
Desde la derrota de Unión por la Patria en las elecciones presidenciales de noviembre comenzó a gestarse un discurso acerca de que el gobierno de Javier Milei no existiría de no ser por el avance de los movimientos feministas y LGBTQ+ entre 2015 y 2020. En otras palabras, la contracara de la conquista de derechos humanos es la reacción ultraderechista de un sector de la sociedad y el nacimiento y llegada al poder de La Libertad Avanza (LLA). Ahora bien, ¿es esto así? ¿Las conquistas sociales son el factor determinante de que LLA haya triunfado? ¿O se trata de una mirada que no busca indagar más allá?
Muchas veces quienes pregonan que el avance y conquista de derechos humanos generó una reacción ultraderechista son aquellos que apoyaron durante estos años a los movimientos feministas y LGBTIQ+. Pero, ¿Milei ganó por la legalización del aborto? ¿Por el cupo laboral travesti-trans? ¿Porque los movimientos pusieron en agenda la necesidad de la Educación Sexual Integral? ¿Porque denunciaron y denuncian la homofobia, la cantidad de femicidios y travesticidios por día y la falta de respuesta judicial? ¿O simplemente esta mirada busca echar culpas y no realizar la crítica y autocrítica de los últimos dos gobiernos?
En diálogo con la Agencia de Noticias Científicas de la UNQ, Lucas Fauno, periodista y activista de la diversidad sexual, plantea: “Hay que instalar esa mirada como lo que es: un discurso de odio. Se trata de responsabilizar a personas en situaciones completamente vulnerables y, sobre todo, también es una falta de respeto y de responsabilidad de las dirigencias porque deciden no hacerse cargo de los errores y de los fracasos de las gestiones anteriores”.
Por su parte, Belén Castiglione, integrante del Programa Institucional de Género y Diversidad de la UNQ, explica: “Se trata de la eterna discusión que pone el foco en el movimiento feminista y que espera que salga a dar respuestas para absolutamente todo. Es esta idea de ‘¿y qué pueden decir las feministas al respecto?’, cuando la realidad es que hay un trasfondo mucho más complejo. Por ejemplo, ¿por qué no ponemos el ojo en que también se trata de una ultraderecha que está ganando a nivel internacional y no solo en Argentina?”.
Tal vez es más fácil identificar a las identidades y las luchas como blanco del problema, cuando hay otros factores que intervienen y dan lugar a la llegada de La Libertad Avanza.
Mirar más allá
Que estos movimientos son uno de los blancos de ataque del gobierno mileista no quedan dudas. Entre otras cosas, degradó el ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad, adjudicó que dieron “una pelea ridícula y antinatural entre el hombre y la mujer” y llamó “asesinos del pañuelo verde” a las militantes del aborto legal. Solo por dar algunos ejemplos.
Con todo, Milei llegó a ser presidente, entre tantas cosas, porque fue presentado y posicionado por los medios hegemónicos de comunicación. De panelista a candidato presidencial, pasó por programas conducidos, por ejemplo, por Alejandro Fantino, Luis Majul, Viviana Canosa o Jorge Rial, ganando así popularidad. Sus reacciones violentas y sus discursos de odio hacia los feminismos y las diversidades ganaron espacio en el prime time y ahora están legitimados desde la Casa Rosada.
Por su parte, aquellos periodistas que dicen no acompañar este gobierno ahora juegan el papel de dar lugar a la libertad de voces y colaboran con aquellos discursos. Por ejemplo, recientemente el amigo y biógrafo del presidente, Nicolás Márquez, calificó como una “conducta insana” y “autodestructiva” la homosexualidad en el programa radial de Ernesto Tenembaum y planteó que las personas homosexuales no viven más de 25 años.
“Yo no creo que ni el conductor ni toda su mesa sean homoodiantes pero sí dejan que ese discurso pregne en la sociedad y se viralice. La responsabilidad radica en quienes llevan a esos personajes y no tienen una mesa preparada que pueda rebatir esas ideas para evitar que se instalen”, afirma Fauno. Y continúa: “No alcanza ni con las buenas intenciones ni con ofenderse al aire porque la realidad es que nos siguen matando. No lo digo yo, lo dicen las cifras y la cotidianeidad”. Un ejemplo de esto es el triple lesbicidio en Barracas, donde cuatro mujeres fueron prendidas fuego por ser lesbianas, de las cuales tres fallecieron.
Además, Castiglione amplía que el triunfo de Milei tiene que ver con la falta de respuestas a la sociedad. Así lo señala: “Los gobiernos anteriores no dieron soluciones a reclamos del orden político y económico, como la falta de empleo de calidad. En su lugar, establecieron medidas de salvataje como planes sociales, mientras que, en paralelo, crecía la flexibilidad laboral. Tampoco dieron respuesta a la ausencia del Estado en torno a la falta de acceso a la vivienda”. Se trata de demandas que el movimiento feminista y las diversidades acompañan pero que no son exclusivas de estos sectores.
Incluso, enfatiza en que la llegada de los feminismos al Estado no fue lo que se esperaba. “El movimiento ingresó a las instituciones y respondió a la lógica que criticó, poco pudo hacer para revertir por ejemplo las condiciones de jerarquía patriarcal en las cadenas de mando”, subraya.
En suma, en lugar de afirmar que el factor que hizo a Milei presidente son los movimientos que efectivamente lograron ganar derechos en el último tiempo, la oposición podría ampliar el foco y mirar todo su recorrido. Probablemente la ultraderecha haya crecido a raíz de que sectores movilizados han avanzado en sus conquistas, pero no es lo único. El desplazamiento hacia la ideología más conservadora de la sociedad es un fenómeno internacional, los medios tienen un rol protagónico en esto y la falta de respuestas de las gestiones (progresistas y de derecha) también.