En la UNQ, la ciencia con impacto social celebra su década ganada

La Plataforma de Servicios Biotecnológicos de la UNQ festejó su décimo aniversario. La clave en un modelo único que fusiona rapidez, calidad y conocimientos académicos.

Georgina Cardama, Luis Wall, Vanesa Ludemann, Alejandro Castello, Daniela Goffré, Mariana Suarez y Valeria Segatori. Créditos: Nicolás Retamar / Agencia de Noticias Científicas de la UNQ.
Georgina Cardama, Luis Wall, Vanesa Ludemann, Alejandro Castello, Daniela Goffré, Mariana Suarez y Valeria Segatori. Créditos: Nicolás Retamar / Agencia de Noticias Científicas de la UNQ.

La Plataforma de Servicios Biotecnológicos (PSB) de la Universidad Nacional de Quilmes celebró su décimo aniversario. Se trata de una infraestructura donde diferentes científicos y científicas se dedican al desarrollo y la transferencia de tecnología tanto para instituciones públicas como privadas. En este sentido, su objetivo es satisfacer requerimientos y ofrecer servicios de alto valor agregado, ausentes o de poco desarrollo en el país. Además, sobresale en su ámbito ya que es autogestiva y se sostiene con los convenios y trabajos que se desarrollan en el lugar. Por lo tanto, las innovaciones y el mantenimiento salen del presupuesto propio que genera la Plataforma. Aunque tuvo vaivenes debido a los diferentes contextos políticos, económicos y sociales de la década, en la actualidad realiza cerca de 350 servicios por año y nuclea a más del 90 por ciento de los servicios que se hacen en la Universidad. Con distintos logros en áreas como alimentos, salud, agro y ecología, la PSB apuesta a seguir creciendo con más especialistas y más servicios.

“Una de las cuestiones más interesantes de este proyecto es que nos autosustentamos, administramos nuestro ingreso y por ahora funciona. Tenemos que hacer un buen trabajo porque estamos en una universidad pública de Argentina, pero eso nos permite estar con los pies sobre la tierra y tener todo en regla. De hecho, muchas personas del rubro nos preguntan cómo hicimos para delinear el modelo de gestión”, destaca Georgina Cardama, directora de la Plataforma, en diálogo con la Agencia de Noticias Científicas de la Universidad Nacional de Quilmes.

Además, cuenta: “Nuestra forma de gobierno también es muy interesante ya que tenemos un directorio conformado por cada director o directora de Unidad, la dirección del Departamento de Ciencia y Tecnología, la Secretaría de Transferencia Tecnológica y yo como directora de la PSB”.

Con una estructura de 1000 metros cuadrados dedicados a servicios de transferencia tecnológica y con 90 especialistas de diferentes disciplinas, la Plataforma cuenta con ocho unidades, de las cuales las primeras seis son directas y las últimas dos son asociadas: la Unidad de Aplicaciones Biológicas para la Salud (ABIOS), el Laboratorio de Biología de Suelos (LBS), la Unidad Conjunta de la Plataforma de Servicios Biotecnológicos (UCPSB-UNQ), el Laboratorio de Enemigos Naturales de Organismos Plaga (LENOP), la unidad de Evaluación y Desarrollo de Drogas Antirumorales (EDDA), la Unidad de Microbiología Aplicada, Biocatálisis y Alimentos (UMABA), la Unidad de Tecnología en Bioprocesos (UTB) y el Laboratorio de Inmunología y Virología Aplicada (LIVA).

Diez años de logros

A lo largo de esta primera década, las distintas unidades de la Plataforma se destacaron y fueron noticia por diferentes desarrollos y servicios. Por ejemplo, la Unidad de Análisis de Alimentos (que se encuentra dentro de la UMABA) posee un Sistema de Gestión de la Calidad que cumple con los requisitos de la norma IRAM – ISO 9001 y constituye uno de los pocos laboratorios de Buenos Aires habilitados para realizar análisis de gluten en productos.

Por su parte, la unidad de Evaluación y Desarrollo de Drogas Antirumorales contribuyó con el desarrollo de la desmopresina para uso veterinario y la vacuna oncológica Racotumomab, que en la actualidad se encuentra vigente. Además, en estos años impulsó terapias alternativas para cáncer de huesos y un compuesto para combatir un tumor cerebral. También, desde el Centro de Oncología Molecular y Traslacional investigaron el reposicionamiento de drogas, una técnica que consiste en utilizar un medicamento ya existente para una nueva indicación distinta a la original.

A su vez, la Unidad de Aplicaciones Biológicas para la Salud trabajó en el desarrollo de un método de detección temprana del Virus del Papiloma Humano y fue clave durante la pandemia. Durante el lapso fuerte de la covid fue uno de los 19 centros encargados de realizar pruebas para el diagnóstico de coronavirus, donde se estima que realizó más de 55 mil análisis.

Otra de las unidades es el Laboratorio de Enemigos Naturales de Organismos Plaga, dirigido por Patricia Folgarait. En este tiempo, el LENOP patentó distintos controladores biológicos de hormigas y lo exportó a diferentes países. El objetivo de estos desarrollos no es extinguir o exterminar las hormigas, sino disminuir las poblaciones para que no generen problemas económicos ni sociales. “Este es un enfoque muy diferente al de los agrónomos típicos, donde lo único que quieren es erradicar totalmente una plaga y no les importa demasiado cómo hacerlo. Eso no es parte de mi filosofía”, dijo en una nota ante la Agencia.

El LENOP no es el único que trabaja con los suelos, sino que también lo hace Luis Wall, director del Laboratorio de Biología de Suelos. En este sentido, el LBS estudia en conjunto con productores agrícolas los indicadores biológicos de salud de la tierra y fue reconocido por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura gracias a su método.

Por último, en la Plataforma se encuentra la Unidad Conjunta PSB-UNQ, que cuenta con un Microscopio Confocal que opera personal especializado y analiza muestras biológicas con mayor sensibilidad, resolución y calidad que muchos otros equipos de todo el país.

La PSB celebró sus diez años con un encuentro en el que participaron especialistas del ámbito público y privado. Créditos: Natalia García / Prensa UNQ.
La PSB celebró sus diez años con un encuentro en el que participaron especialistas del ámbito público y privado. Créditos: Natalia García / Prensa UNQ.

Transferir conocimientos y tecnologías

Muchos de los trabajos que se realizan en la Plataforma surgen por una demanda del sector productivo. Sin embargo, también hay otros desarrollos que se incuban desde lo básico y terminan en una idea para algún producto, prototipo o servicio particular de alta tecnología.

“La trasferencia tecnológica tiene que ver con poner en territorio o llevar de forma directa a una empresa algún desarrollo tecnológico realizado en el laboratorio. Muchas veces las empresas tercerizan servicios porque no tienen departamentos internos de Investigación y Desarrollo. Nosotros, como Plataforma, salimos un poco del laboratorio clásico como nos lo imaginamos para cubrir una demanda productiva”, señala Cardama.

En general, todas las personas que trabajan y dirigen las diferentes Unidades también realizan investigación. Sin embargo, encontraron aplicaciones concretas y la posibilidad de generar prototipos o plataformas que son de interés tanto a nivel territorial como a nivel mercado. “A uno se le abre la cabeza cuando está en contacto con otros sectores productivos, empresas o instituciones, y se retroalimenta, porque a veces se pierde el contacto con el mundo exterior cuando se está dentro del laboratorio. Para el científico puede ser muy importante ese desarrollo o esa investigación, pero quizás no es tan interesante para cierto sector”, subraya la directora de la Plataforma.

Próximos desafíos

La Plataforma cuenta un sistema administrativo y de gestión especial que le permite procesar de forma veloz los requerimientos de servicios y pagos para las Unidades y sus clientes. Sin embargo, uno de los objetivos es que esos trámites puedan ser todavía más ágiles. En este aspecto, también trabaja en conjunto con economistas de la Universidad en capacitaciones de planificación y toma de decisiones. A su vez, la intención de Cardama es que sean cada vez más los laboratorios y los científicos que se sumen a la PSB.

Hacia el afuera, cuenta su directora, el desafío es fortalecer el vínculo con el territorio cercano y tener impacto a nivel regional. “Queremos que nos conozcan más porque tenemos la capacidad tanto de ofrecer servicios ya desarrollados como de realizar otros a pedido. Por eso, no solo aspiramos a sostenernos, sino a seguir creciendo”.


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Nicolás Retamar

Redactor. Docente y licenciado en Comunicación Social.